FALLEN ANGEL
Otto Preminger es uno de los directores centroeuropeos que emigraron a Hollywood como consecuencia del periodo de desestabilización y guerra que sufrió Europa en las decadas de los treintas y cuarentas del siglo pasado.
Entre las principales contribuciones de este grupo de elegantes y sofisticados emigrantes se encuentra la profundización en la capacidad de sugerencia y contraste que el cine en blanco y negro tenía para contar historias. Y su principal producto fue ese género llamado "cine negro", un género del cual no son padres únicos pero, desde luego, imprescindibles colaboradores en el proceso de su gestación.
Fritz Lang, Billy Wilder, Robert Siodmak, Karl Freund... y junto a ellos Otto Preminger, director de "Fallen Angel" y de otros titulos como "Laura", "Cara de Angel" o "Ambiciosa".
La filmografía de Preminger es variada y siempre abordando temas controvertidos hasta en su época de madurez como creador, en la que se especializó en grandes producciones que siempre incluían aspectos que rozaban los límites tolerables de la media aritmética de la moralidad, y especialmente a finales de la década de los cincuentas y principios de la década de los sesentas con títulos como "Buenos días, tristeza", "Anatomía de un asesinato", "El Hombre del brazo de oro" o "El Cardenal".
Puede decirse que Preminger siempre llevó consigo hasta el final de su carrera, con por ejemplo títulos como"Rosebud" o "El factor humano", ese aspecto controvertido del cine negro basado en la inmensidad de tonos grises que separaban la certeza del blanco y el negro, aspecto que presidía las relaciones humanas entre los personajes complicándolas hasta el drama y casi siempre la tragedia final.
"Fallen Angel" es un buen ejemplo de esa primera época.
Un buscavidas es arrojado por el oleaje de la vida a las arenas de un pequeño pueblo californiano. Allí conocerá y se enamorará de una ambiciosa camarera para quién el amor no deja de ser más que uno de los reclamos que la naturaleza pone a su disposición para atraer el hombre adecuado. El protagonista buscando conseguir ese amor utilizará sus dotes cameladoras de buscavidas para seducir a una rica solterona perteneciente a las fuerzas vivas de la propia ciudad.
Pero, y como siempre sucede en el cine negro, el destino y la suerte tendrán algo sobre respecto ese plan emparentando en este sentido a este género cinematográfico con la tragedia griega. En ambos casos sus héroes siempre son manejados por una fuerza mucho más poderosa que la propia voluntad y sus esfuerzos casi siempre terminan en desastre... y si el héroe es afortunado en purificación que casi siempre tiene que ver con la entrega de la propia vida en pago de los errores cometidos por ese exceso de voluntad.
El deseo siempre es infinito y aquellas cosas que se desean siempre son escasas, especialmente cuando mismos deseos de diferentes personas coinciden sobre la misma persona u objeto.
La voluntad es la herramienta con la que el deseante intenta hacer posible eso que no sabe es imposible.
Y el plan es la manera en que se despliega de manera práctica esa voluntad.
Casi siempre los planes resultan infalibles sobre el papel, justo el lugar seguro de la narración, donde el destino no interviene y todo es posible.
"Fallen Angel" no es una obra maestra pero es de esas películas que siempre apetece ver.
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