domingo, marzo 23, 2014

El asesino dentro de mi

Jim Thompson es un autor distinto.

Cuando se leen, sus novelas se recuerdan. Nunca se olvidan.

Especializado en describir personajes malvados y psicópatas, Thompson tiene un desasosegante toque para el mal que, de manera despiadada, casi como uno de sus sheriffs asesinos, conjuga en sus historias.

Con crudeza Thompson nos muestra la banalidad de eso que llamamos "mal" sucediendo en la escalofriante normalidad de la mente de aquellos que no dudan en practicarlo.

Dentro de esa delirante y nihilista lógica que gobierna sus mentes, la muerte y la violencia son siempre una opción más. Por eso sobrecoge la frialdad con que Lou Ford, el sheriff protagonista de esta historia que el británico Michael Winterbottom ha llevado al cine, o Nick Corey, el malvado servidor de la ley que protagoniza "1280 almas" su obra más emblemática, deciden hacer daño y matar.

Y sobrecoge aún más la manera tan naturalista con que describe esa violencia tan fríamente escogida como necesario colofón.

Realizada en 2010, "El asesino dentro de mi" recupera con bastante acierto este mundo tan impactante de Thompson.

Para mi gusto no está demasiado bien explicado el pasado de asesinato y enfermedad mental de Ford, aspecto esencial para entender el personaje, pero, y en general, la película funciona muy bien mostrando la lógica de muerte y violencia en la que Ford entra, sin perder las buenas maneras ni la compostura, ante el asombro del espectador.

En todo momento, la historia se nos muestra desde el punto de vista de Ford y pueden intuirse los posibles puntos débiles de su relato, puntos débiles que quizá los otros que le escuchan también perciban, bajo la superficie de su sensación de impunidad.

Con cada nuevo crimen, el delirio de Ford es mayor y el circulo se cierra inexorable sobre su cada vez más imposible tranquilidad.

Interesante.






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