La política hace extraños compañeros de cama, dijo el político británico Winston Churchill quién llegó a compartir cama con el soviético Stalin en las conferencias políticas que surgieron alrededor de la II Guerra Mundial.
Ahora, el PP plantea en opinión pública una extraña relación de cama con Podemos que básicamente consiste en decir que nunca se acostaría con él.
En realidad, también hay sexo ahí... metafóricamente hablando.
En realidad, está poniendo en valor a Podemos en dos direcciones: la de sus propios votantes y la de los votantes naturales de Podemos.
Pablo Iglesias siempre declaró que la intención de Podemos es global, como un movimiento ciudadano que abandera el descontento general con el sistema de una sociedad de desigualdad decreciente. En este sentido, el Partido Popular busca preservar su caladero de votos definiendo un perfil de podemos centrado en la incontestable procedencia extremo izquierdista de sus bases. Así, cuanto más a la derecha esté el posible votante más probabilidades habrá que se piense varias veces su voto en el contexto de su descontento.
Por otro lado, al Pàrtido Popular la beneficia una izquierda fragmentada, sobre todo en los votos que el PSOE puede perder por la izquierda debilitando aún más una situación de evidente debilidad y complicando su recuperación. En planteamientos de pura aritmética electoral, y en un contexto propio de perdida de votos. el que su principal contrincante no se recupere lo suficiente es el principal objetivo a conseguir.
La oportunidad existe y hay que aprovecharla, precisamente la política es éso.
Se trata de conseguir por cualquier medio una mayor distancia en voto respecto al segundo, distancia que siempre se traducirá en más diputados en el parlamento y una posibilidad más clara de gobernar como lista más votada.
Ahora mismo este es el escenario más probable frente a otro en el que la izquierda fragmentada consiga superar en votos al Partido Popular, una izquierda en la que su partido más importante tendría una incómoda posición para entenderse con una fuerza como Podemos e incluso con Izquierda Unida por su pasado institucional de gobierno.
Y en este escenario más probable hay una hoja de ruta en la que la primera fase es poner en valor a Podemos desde la crítica en medios y en la segunda será descalificar al ganador de las primarias en el PSOE, que será alguien sin experiencia y sobre el que será fácil construir un discurso basado en el miedo hacia los votantes conservadores: necesitamos experiencia y no experimentos.
A todo ésto hay que añadir una buena narrativa construida sobre la economía: algún resultado bueno, alguna interpretación positiva más o menos retorcida de algún resultado no tan bueno y unas cuantas mentiras y los periodistas adeptos harán el resto.
Entre locos peligrosos y jóvenes sin experiencia, sólo quedaría la solidez plasmática del PP como resto.
La posición del Partido Popular es buena.
Clama a quién quiera escucharle que no quiere follarse a Podemos, pero aquellos que nunca se acostarían con el PP definitivamente podrían intentar acostarse con Podemos vista la recomendación inversa que sus políticos están haciendo.
Y los que nunca se acostarían con Podemos pero se lo piensan ante la falta de sexo en su vida diaria definitivamente dejarán de hacerlo al comprobar que Podemos, sin condón, se acuesta con parejas con las que jamás pensarían hacerlo.
La campaña electoral ha empezado en serio.
Y pueden poder.
Ahora, el PP plantea en opinión pública una extraña relación de cama con Podemos que básicamente consiste en decir que nunca se acostaría con él.
En realidad, también hay sexo ahí... metafóricamente hablando.
En realidad, está poniendo en valor a Podemos en dos direcciones: la de sus propios votantes y la de los votantes naturales de Podemos.
Pablo Iglesias siempre declaró que la intención de Podemos es global, como un movimiento ciudadano que abandera el descontento general con el sistema de una sociedad de desigualdad decreciente. En este sentido, el Partido Popular busca preservar su caladero de votos definiendo un perfil de podemos centrado en la incontestable procedencia extremo izquierdista de sus bases. Así, cuanto más a la derecha esté el posible votante más probabilidades habrá que se piense varias veces su voto en el contexto de su descontento.
Por otro lado, al Pàrtido Popular la beneficia una izquierda fragmentada, sobre todo en los votos que el PSOE puede perder por la izquierda debilitando aún más una situación de evidente debilidad y complicando su recuperación. En planteamientos de pura aritmética electoral, y en un contexto propio de perdida de votos. el que su principal contrincante no se recupere lo suficiente es el principal objetivo a conseguir.
La oportunidad existe y hay que aprovecharla, precisamente la política es éso.
Se trata de conseguir por cualquier medio una mayor distancia en voto respecto al segundo, distancia que siempre se traducirá en más diputados en el parlamento y una posibilidad más clara de gobernar como lista más votada.
Ahora mismo este es el escenario más probable frente a otro en el que la izquierda fragmentada consiga superar en votos al Partido Popular, una izquierda en la que su partido más importante tendría una incómoda posición para entenderse con una fuerza como Podemos e incluso con Izquierda Unida por su pasado institucional de gobierno.
Y en este escenario más probable hay una hoja de ruta en la que la primera fase es poner en valor a Podemos desde la crítica en medios y en la segunda será descalificar al ganador de las primarias en el PSOE, que será alguien sin experiencia y sobre el que será fácil construir un discurso basado en el miedo hacia los votantes conservadores: necesitamos experiencia y no experimentos.
A todo ésto hay que añadir una buena narrativa construida sobre la economía: algún resultado bueno, alguna interpretación positiva más o menos retorcida de algún resultado no tan bueno y unas cuantas mentiras y los periodistas adeptos harán el resto.
Entre locos peligrosos y jóvenes sin experiencia, sólo quedaría la solidez plasmática del PP como resto.
La posición del Partido Popular es buena.
Clama a quién quiera escucharle que no quiere follarse a Podemos, pero aquellos que nunca se acostarían con el PP definitivamente podrían intentar acostarse con Podemos vista la recomendación inversa que sus políticos están haciendo.
Y los que nunca se acostarían con Podemos pero se lo piensan ante la falta de sexo en su vida diaria definitivamente dejarán de hacerlo al comprobar que Podemos, sin condón, se acuesta con parejas con las que jamás pensarían hacerlo.
La campaña electoral ha empezado en serio.
Y pueden poder.
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