También existe el subdesarrollo imaginario.
Sin caer en lo peyorativo, el subdesarrollo imaginario implica la incapacidad de producir significados e imágenes propios sino otros que, aun creyéndolos propios, han sido creados por otros. Unos otros que han sido capaces de llegar primero y hacerlo tan profundamente que la creación y el recuerdo se confunden en la mente del pretendido creador.
La dependencia en lo imaginario existe y "Autómata" es un buen ejemplo de ello.
"Automata" es una de esas historias que carece de perfume e identidad propia. No es que abuse de la intertextualidad sino que el exceso de recuerdo la lleva a convertirse en una especie de Frankenstein construido con retazos de otras historias.
No hay una capacidad centrada para procesar esas influencias y utilizarlas para construir algo distinto y específico, sino que el creador se conforma con el placer propio y solitario de firmar imágenes que ha disfrutado como espectador.
Jose Luis Garci es un gran ejemplo de ese subdesarrollo imaginario.
La copia y la repetición es su territorio... junto al inconfesable placer masturbatorio de compartir el rol de admirador y también el de admirado.
Yo también soy capaz de emocionar como John Ford o de narrar con la sutileza de Jean Renoir o, como es el caso, de filmar "Blade Runner", pero falta la capacidad intelectual de proceso que permite evolucionar el material hacia algo estrictamente personal.
Esa es para mi la gran diferencia entre la copia y la intertextualidad, la capacidad de utilizar las ideas e imágenes de otros como materia prima para las propias, generando resonancias que enriquecen la obra propia. Otra cosa muy distinta es la copia, la repetición, la mera yuxtaposición de imágenes y significados de otros, buscando construir un entramado que se sostenga.
"Automata", con su relato futurista de evolucion de la inteligencia artificial, tiene mucho de éso. de simple emulación masturbatoria.
Antonio Banderas hace lo que puede para intentar dar credibilidad a una historia que es imposible que la tenga, incluso sobreactua demasiado, seguramente victima de la desesperación de verse dentro de semejante película, con todo lo que él ha sido o probablemente espantado después de comprobar lo mal que le queda a su Melanie Griffith la nueva cara que se ha comprado.
En definitiva, la ciencia ficción española tendrá que esperar mejor suerte.
El hijo de algún político o banquero tiene que estar detrás de este proyecto de diez millones de euros. Porque "Autómata" es al cine lo que el aeropuerto de Castellón es a la obra pública.
Y recordad: sólo porque esté dentro de tu cabeza no tiene por qué ser tuyo.
Sin caer en lo peyorativo, el subdesarrollo imaginario implica la incapacidad de producir significados e imágenes propios sino otros que, aun creyéndolos propios, han sido creados por otros. Unos otros que han sido capaces de llegar primero y hacerlo tan profundamente que la creación y el recuerdo se confunden en la mente del pretendido creador.
La dependencia en lo imaginario existe y "Autómata" es un buen ejemplo de ello.
"Automata" es una de esas historias que carece de perfume e identidad propia. No es que abuse de la intertextualidad sino que el exceso de recuerdo la lleva a convertirse en una especie de Frankenstein construido con retazos de otras historias.
No hay una capacidad centrada para procesar esas influencias y utilizarlas para construir algo distinto y específico, sino que el creador se conforma con el placer propio y solitario de firmar imágenes que ha disfrutado como espectador.
Jose Luis Garci es un gran ejemplo de ese subdesarrollo imaginario.
La copia y la repetición es su territorio... junto al inconfesable placer masturbatorio de compartir el rol de admirador y también el de admirado.
Yo también soy capaz de emocionar como John Ford o de narrar con la sutileza de Jean Renoir o, como es el caso, de filmar "Blade Runner", pero falta la capacidad intelectual de proceso que permite evolucionar el material hacia algo estrictamente personal.
Esa es para mi la gran diferencia entre la copia y la intertextualidad, la capacidad de utilizar las ideas e imágenes de otros como materia prima para las propias, generando resonancias que enriquecen la obra propia. Otra cosa muy distinta es la copia, la repetición, la mera yuxtaposición de imágenes y significados de otros, buscando construir un entramado que se sostenga.
"Automata", con su relato futurista de evolucion de la inteligencia artificial, tiene mucho de éso. de simple emulación masturbatoria.
Antonio Banderas hace lo que puede para intentar dar credibilidad a una historia que es imposible que la tenga, incluso sobreactua demasiado, seguramente victima de la desesperación de verse dentro de semejante película, con todo lo que él ha sido o probablemente espantado después de comprobar lo mal que le queda a su Melanie Griffith la nueva cara que se ha comprado.
En definitiva, la ciencia ficción española tendrá que esperar mejor suerte.
El hijo de algún político o banquero tiene que estar detrás de este proyecto de diez millones de euros. Porque "Autómata" es al cine lo que el aeropuerto de Castellón es a la obra pública.
Y recordad: sólo porque esté dentro de tu cabeza no tiene por qué ser tuyo.
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