viernes, noviembre 14, 2003

1
Cuarenta y tres minutos de la segunda parte.
Cero a cero.
La Juventus atacaba.
Dubitativo, Tacchinardi tenía el balón en la mitad del campo del Deportivo de la Coruña mientras Del Piero, siempre a la espalda de su marcador César, seguía con atención el juego.
De pronto, surgió la línea de pase que el rubio centrocampista esperaba. El checo Nedved se desmarcaba en profundidad por el carril del interior izquierdo con la velocidad y potencia de un tren expreso. Nadie del Deportivo podía seguirle y hacia allá Tacchinardi mandó el balón con el perfecto pulso del delineante que tira una línea sobre el plano.
En ese mismo instante, la defensa del Depor corrió hacia delante buscando, con su perfecta sincronía, dejar en fuera de juego a los delanteros del equipo italiano. Del Piero se movió con ellos, sin dejar la espalda de César y, a la vez, muy pendiente de la carrera de su compañero.
La parte interna del pie del checo llegó al balón haciendo inútil la entrada del defensor.
Entonces se produjo el momento que llevaba esperando el delantero. No estaba en fuera de juego y podía atacar.
Con un movimiento felino, se giró para buscar el balón que, trazando una pequeña rosca, llegaba al corazón del área deportivista.
Sabiendo que el delantero había ganado la iniciativa a su defensa, Molina salió de su portería intentando atrapar el balón que el delantero italiano ya tenía al alcance de su pierna. Podía atraparla, pero Del Piero se lanzó sobre el área. Deslizándose por el césped interceptó la trayectoria de un balón que ya parecía en las manos del portero.
Lo siguiente fue el gol.
Tras pegar en el larguero, la pelota entró.

2
De vuelta a casa y en el taxi, el espectador recuerda esa jugada mientras el conductor calla y conduce. En verdad, fué un precioso encaje de filigranas.
En un momento de arrebato, el espectador quisiera compartir su alegría con el otro ser humano que ocupa el pequeño habitáculo en movimiento... pero no lo hace. La lucidez regresa a su arrebatado espíritu devolviéndole la calma. No puede preguntarle si ha visto el partido, si no ha visto el pedazo de gol que la Juventus le ha marcado al Deportivo.
Es inútil. El taxista no ha jugado con él a la PlayStation.

No hay comentarios:

Publicar un comentario