lunes, enero 31, 2005

¡jajjajajajjaajjajjajjajaj!

Lo escuché ayer y aún no dejo de reirme.

El discurso de Mercedes Sampietro, la presidenta de todo el cine español, merece formar parte de la antología del disparate. En la fiesta anual de un sector endogámico y guay, que en absoluto es capaz de conectar con la realidad de la España que les rodea, asisto a la lectura de un manifiesto quijotesco en el que los gigantes son las multinacionales americanas y los piratas del top manta. Más de lo mismo y llevamos... He perdido la cuenta ya.

La enfermedad social del guay se ha convertido en epidemia dentro de un sector politizado y absolutamente ensimismado en la absorvente visión del propio ombligo (seguramente -y pese a la seda que viste a la mona- lleno de pelotillas y pelusa). La culpa es siempre de los otros, del capital y del imperio... (que su parte de culpa tienen, por supuesto)... Y la realidad es siempre un lugar muy lejano para nuestro cine.


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