REFLEXIONES ANTE EL PROPIO OMBLIGO
Nunca he tenido mucha suerte jugando ninguna clase de juego.
Hago esta afirmación siendo consciente de la existencia de las clásicas excepciones que para algunos siempre vienen a confirmar la regla.
Yo sólo digo que nunca he tenido mucha suerte jugando ninguna clase de juego.
Después de todo nuestra mecánica del pensamiento se basa en las categorizaciones y, como consecuencia de ello, las generalizaciones existen. Aunque son las excepciones las que nos hacen pensar más... en dónde encajarlas o en si es preciso crear otra categoría nueva.
Yo sólo digo que nunca he tenido mucha suerte jugando ninguna clase de juego... Y me pregunto si esa afirmación permite sacar conclusiones más generales aplicables a la vida como totalidad. Después de todo, algunos consideran que la vida no es más que un juego.
Para ellos la certeza del azar siempre se impone al sueño de la necesidad.
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