ELEGÍA LIGERAMENTE OPTIMISTA Y UN POCO A DESTIEMPO
La corriente de los días se acerca cálida, plácidamente, al final del verano.
Recuerdo ahora un poema de Ángel González cuyo nombre -si es que en realidad el poema existe y, si existe, está nombrado- he olvidado.
Un verano menos.
Cuántos veranos más.
Pero eso es lo de menos.
Lo importante es navegar.
Desentrañar un poco más la leve materia invisible que compone la delgada y taimada línea del horizonte.
Kavafis.
Camino a Itaca.
Ser un Ulises del tiempo.
El holandés errante de todos los mares que están por llegar.
No se cuántos veranos quedan.
Me da igual.
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