jueves, agosto 25, 2005

LOS HERALDOS NEGROS

Leo en Wilkipedia que el blues "es una composión de doce compases de estructura sencilla con ritmos sincopados, de temática diversa." (Más)

Lo hago porque no puedo dejar de pensar en esa forma musical desde que el pasado viernes vi la película de Wim Wenders "The soul of a man". Especialmente, permanece en mi memoria el blues que Skip James compone durante su estancia en el hospital de Washington, quizá un segundo antes de que el cáncer le devore.

Está sólo en el hospital, nadie le vista.
El sabe por qué... porque es un hombre bueno y pobre...
Seguro que lo entiendes.

El cristal límpido y puro de la palabra precisa.
Poesía de la palabra.
Poesía que abre un mar de fondo,
que remueve las entrañas,
que nos llama por nuestro propio nombre,
nos convoca para que estemos de acuerdo.

Veo poesía en el blues.
Veo heraldos negros.

"Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no sé
Golpes como del odio de Dios;
como si ante ellos, la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma... Yo no sé

Son pocos; pero son...
Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros atilas;
o los heraldos negros que nos manda la muerte.

Son las caídas hondas de los Cristos del alma,
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.

Y el hombre... Pobre... pobre Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como un charco de culpa, en la mirada.
Hay golpes en la vida, tan fuertes ... Yo no sé"
(Los heraldos negros. César Vallejo)

Atentamente, escucho.

La sencillez de la palabra justa y precisa para expresar los sentimientos más esenciales, esos que nos acechan en las más o menos largas noches de nuestro entendimiento.

No hace falta mucho más cuando se está lleno de verdad, cuando se está lleno de blues.

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