miércoles, octubre 12, 2005

RETRATO Nº1

Está sentado al principio de la escalera.

Con pensativa displicencia consume más veneno de su cigarrillo.
La ingesta es pausada y lenta, como si en el fondo pensara que hay tiempo para todo, incluso para envenenarse un poco más.

Al fondo, ante sus ojos, la calle y la ciudad, en un oscuro atardecer de otoño.
Como extrañas flores nocturnas, las luces empiezan a brotar por todas partes.
Muy pronto anochecerá, pero hay tiempo.
Hay tiempo para pensar en todo y también en nada.

Está sentado al principio de la escalera,
como de espaldas a un mundo cuya inexorable y acostumbrada mecánica sucede a su alrededor.
Medita.
Piensa.
Quizá, espera.
Simplemente, deja pasar el tiempo a la espera de que algo nuevo, en el tiempo, suceda.

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