domingo, agosto 20, 2006

MEDITERRÁNEO

La suave cadencia de las olas del mar define su tiempo.
El eterno flujo y reflujo de espuma y sal
acaricia su joven piel tendida entre los dos azules más viejos.

Viene y va hacia el horizonte eterno,
va y viene sobre la arena
en cuya materia se confunde
el perdido polvo de los viejos dioses ya muertos.

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