martes, septiembre 12, 2006

BREAKFAST ON PLUTO

De entrada vaya por delante que me declaro un fan absoluto del cine de Neil Jordan. Fundamentalmente, por la heterodoxa sensibilidad con que relata historias que protagonizan personajes especiales siempre persiguiendo sus sueños por el paisaje árido de un mundo lleno de seres que se han dejado de perseguir los suyos. Desde "Mona Lisa" (1986) donde el chófer interpretado por Bob Hoskins se enamora perdidamente de una call girl hasta la infravalorada "The good thief" (2002), revisión del clásico de Jean Pierre Melville "Bob Le Flambeur, donde el ladrón interpretado por Nick Nolte busca realizar su posibilidad de escape pergeñando un plan perfecto contra todo y todos. En las películas de Jordan hay magia, pero siempre una magia terrenal procedente de las miradas y actitudes de sus personajes

"Desayuno en Plutón" es su último trabajo y, desde luego, está a la altura de las mejores dentro de su no muy extensa filmografía, lo primero es ya decir mucho y lo segundo es una auténtica lástima porque siempre me ha gustado escuchar lo que un autor como Neil Jordan tiene que decir.

La película cuenta la historia de Patrick "Kitten" Brady, un travestido irlandés empeñado en encontrar a su verdadera madre. Es la historia de un viaje que llevará a Brady por la convulsa Irlanda hasta Londres de mediados de la década de los 70, donde está seguro que ella se encuentra.

Lo que más me llama la atención es el recalcitrante optimismo con que Brady vive un destino que en la mayor parte de las ocasiones le resulta adverso. Pese a todo, Brady jamás se rinde siendo su principal arma la capacidad de fabulación sobre su propia vida. Así, ésta se convierte en una especie de ficción oral que Brady continuamente se cuenta a sí mismo y a cualquiera que quiera escucharle, una ficción en la que él es un extraño héroe en busca de imposibles fantasmas. Así, y pese a que el tono de la película es amargo, curiosamente resulta dulce en muchos momentos sobre todo por la capacidad que el personaje protagonista tiene de distanciarse y aislarse, contra todo y todos, de una realidad que casi siempre le es esquiva.

En este sentido, Brady se convierte en una suerte de David Copperfield moderno en busca de si mismo y de su futuro... Al final, y como siempre, importará mucho más el viaje que el propósito desencadenante de su comienzo... entre otras cosas porque el viajero que sale del punto de partida jamás es aquel que llega al lugar propuesto.
El viaje siempre cambia al viajero... Todo lo demás es turismo.

El trabajo de Cillian Murphy como Patrick Braden es estupendo y, junto a él, otros grandes actores como Liam Neeson, Stephen Rea, Brendan Gleeson, Ian Hart o, incluso, los cantantes Gavin Friday y Brian Ferry (tan estupendo como siempre) hacen aún más interesante con sus presencias el camino de la gata por el espacio y el tiempo por una Gran Bretaña demasiado "seria", inmersa en pleno conflicto del Ulster, y con demasiado poco tiempo para entender a alguien tan diferente como Brady.

Y no me olvido de los petirrojos... Todo un hallazgo...

"- Petirrojo 1: Ella no se parece en nada a Mitzi Gaynor!
- Petirrojo 2: Y qué sabes tú de Mitzi Gaynor?
- Petirrojo 1: Nada. Pero como dijo Oscar Wilde, "Me encanta hablar de nada en concreto. Es la única cosa de la que se algo."

Un gran diálogo para tratarse de dos pájaros.

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