CORRUPCION EN MIAMI
La película lleva a la gran pantalla las aventuras de los inspectores de la policía de Miami, Sonny Crockett y Ricardo Tubbs, protagonistas de la serie del mismo nombre que tuvo gran éxito en la década de los 80; principalmente por lo cuidado de la producción y de las historias mostradas a lo largo de sus siete temporadas.
El resultado fue un producto muy diferente de las series policiales al uso por aquel entonces, destacando por ofrecer una experiencia visual y narrativa muy cercana a la cinematográfica.
Michael Mann -en mi opinión uno de los directores más interesantes del parque de profesionales actualmente en activo- es el responsable de este proyecto revividor y nadie debería estar más capacitado para hacerlo puesto que Mann fue el productor ejecutivo de la serie durante sus primeras cinco temporadas, las mejores por cierto.
De ahí, Mann pasó al cine para no volver más a la televisión, dirigiendo "El último de los Mohicanos" en 1992.
No obstante ya había escrito y dirigido en 1986 "Manhunter", la primera adaptación cinematográfica de las aventuras del entrañable Hannibal Lecter.
La adaptación cinematográfica de "Corrupción en Miami" tiene poco que ofrecer en lo que se refiere a la historia.
El contenido no se diferencia mucho de un viejo capítulo de la serie: traficantes chungos, interiores espaciosos y luminosos, vida nocturna, deportivos a mil por hora por las avenidas, malos que deben morir, relamidos agentes del FBI, amores imposibles que se balancean en la cuerda floja que separa el bien del mal, justicias y venganzas... Nada nuevo bajo el sol de Miami quince años después.
Lo diferencial -para mi gusto- está en la forma en que Mann cuenta esa sucesión de tópicos pertenecientes a la propia serie.
Me refiero a su talento para rodar, su sensibilidad para el encuadre componiendo imágenes de gran belleza y su maestría para narrar cinematográficamente combianado esas imágenes estupendas.
"Corrupcíón en Miami" es una película de director en la que Mann muestra todo lo que su inmenso talento puede dar y que de no ser por esas sobresalientes capacidades naufragaría en la mayor de las mediocridades.
Mención especial para esos primeros planos en gran angular directamente extraídos del western clásico en el que, por ejemplo, uno puede ver el rostro atormentado de un personaje mientras un relámpago estalla al fondo. En este sentido, Mann utiliza mucho el gran angular para dar a la película una inmensa profundidad de campo que en pocas ocasiones tiene un sentido dramático y que en la mayor parte obecece a motivos -mas que fundados- de carácter estético.
El resultado es visualmente fascinante.
Recuerdo un primer término de Colin Farrell despidiendo un amor imposible con un fondo de palmeras agitadas por el viento...
Por otor lado, uno de los grandes temas presentes a lo largo de la filmografía de Michael Mann, la fascinante reinvindicación del profesional que sabe hacer bien su trabajo, también está presente en "Corrupción en Miami".
La forma en que Mann aborda las peligrosas andanzas de Crockett y Tubbs no es otra que ésta, la del profesional que sabe hacer bien su trabajo. En esta película, la mayoría de los personajes se preocupan por su negocio y lo hacen hasta las últimas consecuencias y sólo el mejor termina venciendo.
En el mundo de Mann no hay nada más importante que cumplir la función que uno tiene asignada o que se ha asignado a si mismos... hasta los guardaespaldas que van a ser tiroteados dan la impresión de tener un trabajo que hacer y, lo que es más importante, de saber hacerlo.
En el mundo de Mann, las intenciones no son suficientes. Lo importante son los resultados siendo en todo momento las palabras "resultados" y "éxito" términos sinónimos.
En el mundo de Mann las emociones son peligrosas. Si sus personajes se dejan llevar por ellas terminan volviéndoles vulnerables. Se convierten en un lastre de cara a la consecución del objetivo. Enamorarse, sentir envidia o estar simplemente cansado no es profesional y el resultado jamás será satisfactorio.. Recordemos "Collateral", el cansado personaje que interpretaba Tom Cruise.
En cuanto a los actores, Jamie Foxx está eficaz y creíble como Ricardo Tubbs, tampoco el papel da para más.
Colin Farrell está a la altura de su compañero si bien en ciertos momentos resulta demasiado sobrerevolucionado, un poco del método rayaslawsky, haciéndose acreedor -como bien sugiere mi amigo G.- de una buena e interminable mano de bofetadas.
Los demás están correctos con menciones especiales para la estupenda Gong Li (tan buena actriz como bella como siempre por más que los años hayan pasado sobre ella) y para Luis Tosar cuya primera aventura en Hollywood no pasará a la historia. Su visión bergmaniana del traficante colombiano resulta demasiado minimal y monótona ¡incluso cuando tiene a Gong Li en la cama!
En definitivas cuentas, una película mas y dos horas de vida menos.
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