Hay una escena en la película argentina El secreto de sus ojos que me fascinó cuando la vi por primera vez. El investigador busca a un asesino desaparecido y su amigo Sandoval le dice una frase que se me quedó grabada: “El tipo puede cambiar de casa, de nombre, de trabajo… pero nunca va a cambiar de pasión” . Entonces lo entendí como algo bello: la pasión como raíz firme de identidad, una fidelidad que sobrevive al miedo y al tiempo. Me conmovió pensar que algo así podía definirnos para siempre. Pero, con los años, empecé a mirar de otro modo esa fidelidad absoluta. Soy simpatizante del Atlético de Madrid y no soy un buen aficionado según los estándares actuales. Hay cosas que veo, no me gustan y lo digo. He visto cómo, a lo largo de la última década, la relación entre la afición y el equipo ha cambiado. Con la llegada de Diego Simeone , el club consolidó un relato que exalta la entrega sin condiciones: luchar, sufrir, creer hasta el final. Ese discurso, que al principio unió a la hi...
Por lo que llevo leido, debo decirte que que tienes un blog estupendo...
ResponderEliminarMe encanta lo que escribes...
Encantada de encontrarte...
Saludos...
He de decir que he llegado a este blog de una forma curiosa...puesto que he leído algunos de tus textos sin saber que eran tuyos.
ResponderEliminarMi enhorabuena por escribir tan bien .
Por otro lado , decir cuan sabia es esa frase.
Un saludo
Muchas gracias a las dos.
ResponderEliminarMontaige es un maestro, sobre todo de una cosa que se está perdiendo y que es el vivir y dejar vivir, el relativismo humanista.
Si uno tiene poco tiempo para leer, Montaige será siempre uan elctura suficiente.