AL ROJO VIVO (WHITE HEAT)
"Made it, ma. Top of the world", grita Cody Jarrett un segundo antes de inmolarse en un caos de fuego y destrucción.
Inolvidable.
"Al rojo vivo" es una de las mejores películas de "gangsters" de todos los tiempos e incluye - a mi entender- una de las mejores interpretaciones de toda la historia del cine. El Cody Jarrett que James Cagney construye es un prodigio de intensidad y fuerza, pero también de matices que van desde la más extrema crueldad hasta la más tremenda sensibilidad.
Si alguien quiere saber lo que es y significa una extrella cinematográfica que vea esta película y compruebe la capacidad profesional y emocional de Cagney para cargar con toda la película sobre sus espaldas. Atraído por su magnetismo, uno no puede dejar de mirarle, de preguntarse que hará el personaje en el siguiente minuto.
"Al rojo vivo" es una película de extrema violencia que cuenta la historia de un criminal psicópata con una particular fijación edípica en su madre. En ella confluyen la tradición del cine de gangsters de épocas anteriores -y de la que el propio Cagney es un más que acreditado representante- con el inicio del cine policiaco de los 50 y, dentro de él, del cine llamado "de robos" anticipándose a joyas como "La Jungla de asfalto" o "Atraco perfecto".
También hay componentes de cine negro, como la mujer fatal interpretada por Virginia Mayo, y documentales puesto que la película sucede en la calle e incluso hay un cierto tratamiento naturalista en el planteamiento de situaciones y personajes: la presentación de la mujer fatal roncando una siesta o el momento en que la bella Virginia Mayo escupe un chicle al suelo antes de besar a Cagney.
Y todo ello pasado por el talentoso tamiz de su director, el maestro Raoul Walsh. Junto con Ford y Hawks constituye la santisima trinidad del cine clásico americano.
En fin... Toda una obra maestra dirigida por el maestro Raoul Walsh con su habitual pulso brioso.
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