domingo, enero 06, 2008


AMERICAN GANGSTER

En la historia de Frank Lucas hay ambición, violencia, corrupción policial, ataudes llenos de droga recien llegados de Vietnam, ambición sin límites, nuevos tiempos que convierten en viejos a los anteriores... Muchos temas que por sí solos se han bastado para alimentar películas enteras y que en ésta se suceden, insinuados de forma casi tangencial, para construir un relato prolijo, que se queda a medio camino de casi todo y que termina resultando un tanto aburrido precisamente por no optar decididamente por una línea narrativa, por un punto de vista claro y concreto.

Lo más imperdonable de "Amerincan Gangster" es, a mi entender, que, con todo ese material con el que se hacen los sueños (los que están fuera de la ley y los que están dentro), resulte aburrida en ciertos momentos.

En el continuo paso del meticulosamente planeado ascenso de Lucas (Denzel Washington) en los bajos fondos de su Harlem natal a los problemas personales y profesionales de su concienzudo perseguidor (Crowe), Ridley Scott pierde el pulso del relato que en ciertos momentos concede demasiado peso a situaciones y personajes que distraen de la verdadera trama. Por ejemplo, los problemas familiares de Crowe con su mujer, la promiscuidad de este mismo personaje o el excesivo peso que tienen los viajes de Lukas al sudeste asiático.

En ambos espacios narrativos apenas se ventila nada interesante salvo minutos de metraje añadidos a una intriga principal que se basta por sí misma para interesar. Y podría ventilarse... En el caso de las secuencias rodadad en Bangkok se habla de todo menos del modo de transporte de la heroína a los Estados Unidos. único asunto que, a mi entender, justificaría el peso que tienen las secuencias tailandesas.

En este sentido, la película sale perjudicada por un guión que carece de un enfoque claro y determinado y que, como consecuencia de ello, no prioriza ni estructura el peso de las diferentes líneas narrativas.

Todo parece tener la misma importancia, olvidando que todas las historias se cuentan con una determinada intención generada por un concreto punto de vista.

En el final de la película tenemos otra prueba puesto que, tras haberse demorado en mil y un detalles sin importancia (siempre relativa con respecto a la línea principal de la trama), la historia, de pronto, tiene prisa por terminar y pasa con la rapidez del rayo por la interacción entre los dos personajes, una interacción que a traves de la delación de Lucas lleva a la depuración de las tres cuartas partes del departamento de narcóticos. Como consecuencia de ella, el personaje de Crowe pasa de convertirse en perseguidor a abogado defensor de Lukas y lo hace como por arte de magia.

También en ese momento nos enteramos de que la principal intención de Crowe es depurar a los policías corruptos. Durante la película, falta alguna escena, algún diálogo que haga patente esa intención, cuya necesidad el espectador más o menos avezado puede llegar a deducir de una llamada de socorro no atendida.
En fin, y como escribía al principio, la historia de Lucas merecía una mejor película.

Como dice Bumpy Johnson, el jefe de Lucas, antes de morir casi en los brazos de éste: En américa las cosas han cambiado, ya no hay un corazón al que llegar para apuñalarlo.

Cito de memoria.

Nada de lo que sucede después en "American Gangster" está a la altura de la última reflexión del decepcionado y agonizante Johnson. Si bien la película tiene su interés, nada está a la altura de esa gran frase que en si misma debería ser el principio y emblema de una obra maestra del cine. La confusión del viejo gangster ante los nuevos tiempos que han llegado, que le han rebasado.

Como escribe Carlos Boyero, "American Gangster" es una película sin corazón. Otras más.

Y conforme avanza la película, la verdad de las palabras de Bumpy se va desvaneciendo como huellas de pisadas en la arena.

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