sábado, marzo 28, 2009

Gabriel García Márquez
(Aracata, Colombia 1928—)


Ojos de perro azul
(1950)


         Entonces me miró. Yo creía que me miraba por primera vez. Pero luego, cuando dio la vuelta por detrás del velador y yo seguía sintiendo sobre el hombro, a mis espaldas, su resbaladiza y oleosa mirada, comprendí que era yo quien la miraba por primera vez. Encendí un cigarrillo. Tragué el humo áspero y fuerte, antes de hacer girar el asiento, equilibrándolo sobre una de las patas posteriores. Después de eso la vi ahí, como había estado todas las noches, parada junto al velador, mirándome. Durante breves minutos estuvimos haciendo nada más que eso: mirarnos. Yo mirándola desde el asiento, haciendo equilibrio en una de sus patas posteriores. Ella de pie, con una mano larga y quieta sobre el velador, mirándome. Le veía los párpados iluminados como todas las noches. Fue entonces cuando recordé lo de siempre, cuando le dije: «Ojos de perro azul». Ella me dijo, sin retirar la mano del velador: «Eso. Ya no lo olvidaremos nunca». Salió de la órbita suspirando: «Ojos de perro azul. He escrito eso por todas partes».

Continúa...
        

5 comentarios:

  1. Coño, el relato preferido de mi señora. Muy bueno don Carlos.

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  2. Manu,

    A tu señora le alabo el gusto y a ti, tu señora....

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  3. pINCHA EN MODERADOR ABAJO EN AZUL Y ENTRARÁS EN SUS BLOGS!! :?

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