No es extraño que una de las últimas cosas que Moretti nos dice en un querido diario tenga que ver con el hecho de escuchar.
Como colofón al curioso y terrible incidente del proceso de detección de su cáncer linfático, Moretti concluye diciendo que los médicos no saben escuchar. Es su principal reflexión, ante su diario, una vez que la enfermedad ha pasado.
Moretti valora saber escuchar y, en el fondo, lo que el creador italiano nos propone con su "Caro diario" es algo tan sencillo, y tan complicado, como que le escuchemos.
No hay nada más.
Una voz que sucede entre imágenes y que tiene cosas que decirnos sobre aspectos tan diversos como la Italia del momento acutal en que la película fue rodada, de la televisión o de los médicos.
No siempre lo que Moretti cuenta me resulta interesante. La película va y viene, sube y baja, me interesa y me deja de interesar, como en un largo viaje donde uno de los viajeros no para de hablar.
Es que debía haberse quedado en mediometraje: el paseo en Vespa...
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