Asiente vigorosamente.
--- ¿Y por qué eras tan, tan infeliz? --- Le pregunto
Ella sacude la cabeza y sigue cubriéndose la cabeza con ambas manos.
--- Yo tampoco sabía muy bien por qué lo era --- digo ---. Nunca estuve seguro exactamente de por qué lo era. Seguramente es una pregunta injusta, ¿no crees? ¿Preguntarle a alguien por qué es tan, tan infeliz?"
(El gran sueño del paraíso, Sam Shepard)
No hay comentarios:
Publicar un comentario