"Un cambio pertinente en el orden descriptivo impuesto por la teoría cuántica es, por tanto, el abandono de la noción de un análisis del mundo en términos de partes relativamente autónomas que existen separadamente aunque en interacción. Más bien el énfasis principal se pone ahora en la integridad indivisible, en la cual el instrumento de observación no se puede separar de lo que se observa.
En resumen, el mundo no es una colección de cosas separadas (aunque ligadas) sino una red de relaciones. Bohm se hace eco de las palabras de Werner Heisenberg: «La división común del mundo entre sujeto y objeto, mundo interno y mundo externo, cuerpo y alma, ha dejado de ser adecuada.»"
(Dios y la nueva física, Paul Davies)
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