Un juez sentencia en Barcelona que el P2P es legal...
""En sentido amplio", dice el juez, "el sistema de enlaces constituye la base misma de Internet y multitud de páginas y buscadores (como Google) permiten técnicamente hacer aquello que precisamente se pretende prohibir en este procedimiento, que es enlazar a las llamadas redes P2P".
(Leer más) (Leer la sentencia)
""En sentido amplio", dice el juez, "el sistema de enlaces constituye la base misma de Internet y multitud de páginas y buscadores (como Google) permiten técnicamente hacer aquello que precisamente se pretende prohibir en este procedimiento, que es enlazar a las llamadas redes P2P".
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Estoy de acuerdo. No sólo el sistema de enlaces sino la propia comunicación y, como consecuencia, el inevitable hecho de compartir información forman parte consustancial de Internet. Nadie lo duda. Otra cosa es la naturaleza de la información que se comparte y si se comparte ésta de modo indiscriminado o de modo selectivo, especialmente por las consecuencias negativas que para cierta información de una determinada naturaleza, sometida a derechos de propiedad intelectual por una industria que vive del comercio de esa propiedad.
Y estoy seguro de que el conglomerado industrial del ocio no tuvo en cuenta las consecuencias de dos hechos combinados: la progresiva introducción de formatos digitales y la progresiva informatización de la sociedad. Aunque recuerdo bastante bien que mediante acciones comunicacionales y comerciales el proceso de introducción de formatos digitales como el CD fue un proceso dirigido por la propia industria buscando su beneficio y, sin duda, el de los consumidores. Recuerdo que el LP era frágil, duraba menos, sonaba peor, mientras que el CD era resistente, prácticamente eterno y su sonido era perfecto... cosa que hemos comprobado que no es tal porque la CD se rompen y se rayan como los discos de vinilo, por no hablar de la perdida personalidad del sonido de éstos basado en la percusión de la aguja sobre el microsurco. En cualquier caso es que yo, personalmente, me vi obligado a comprarme un reproductor digital de música porque las tiendas dejaron de vender vinilos... y la industria de producirlos en la gran escala en la que hasta ahora lo había hecho forzando claramente ese cambio... o, por lo menos, contribuyendo de una forma esencial a que sucediese.
Y una vez puesto en juego lo digital, un formato perfectamente compatible con la nueva sociedad de la información basada en Internet, la sociedad lo hizo suyo, lo transformó y en muchos casos no de un modo conveniente para los propios intereses de la industria que lo introdujo quién, sentada sobre el tesoro de sus ganancias, siempre pareció más preocupada por explotarlo que por prever el futuro y las consecuencias de introducir un formato abierto en una sociedad abierta como es Internet.
Era cuestión de tiempo que la sociedad se apropiara de un formato fácilmente almacenable, grabable y transmisible.
Y me pregunto yo si el problema lo tiene la persona de la calle que comparte sus discos o sus libros con otros cumpliendo el objetivo para el que nació Internet o la industria que no preveyó las consecuencias negativas, que sólo quiere las positivas y pretende trasladar a otros más responsabilidades de las necesarias.
Es bastante probable que una industria de ocio con mentalidad analógica se pegase un tiro lanzándose hacia lo digital sin pensarlo dos veces, sin valorar las consecuencias más allá del puro beneficio económico a corto plazo.
Es posible que la industria del ocio con mentalidad analógica deba transformarse y adoptar una mentalidad digital del mismo modo que los consumidores se vieron obligados en su momento a subir a los tratseros sus colecciones de discos de vinilo para hacer sitio a los CD's.
Es posible que ya sea demasiado tarde.
Para políticos e industriales Internet es un juguete, algo que vender a la gente y con lo que llenar de bonitas palabras de futuro sus balances anuales y sus discursos sobre el estado de la nación, pero Internet también es algo incontrolable, un campo de expresión donde con sus acciones y omisiones las personas se expresan poniendo en su lugar a todo el mundo.
Internet es el único ámbito de libertad que queda, un ámbito que los políticos y los industriales quieren controlar para su propio beneficio. No tengo tan claro que lo hagan para el nuestro, el de todos y cada uno de nosotros.
Y en este sentido me gusta la tendencia de este juez que en ejercicio de la libertad que le confiere su magistratura expone ideas llenas de sentido común, que como todo el mundo debería saber es el menos común de los sentidos y que recomiendo leer.
Está claro que la industria del ocio no está haciendo ningún esfuerzo para combatir el lado oscuro, para sus intereses, de la sociedad de la información blindando sus productos contra la piratería y la copia ilegal. Ha abandonado esa lucha, mucho más cara, por otra mucho más asequible, basada en la represión y la toxicidad, buscando controlar el uso que las personas pueden hacer de sus productos en sus ámbitos de privacidad. Una forma más asequible, pero también más perversa y autoritaria, porque la presunta incontrolabilidad de Internet no es otra cosa que una larga cola de sujetos individuales ejerciendo su libertad.
Los fabricantes siempre pueden venderme un coche que supera ampliamente los límites de velocidad marcados en la vía pública. La culpa siempre será del comprador por utilizar una potencialidad que, sin embargo, está ahí para tentarle.
Los fabricantes siempre pueden venderme un formato de almacenamiento de información fácilmente replicable y almacenable. La culpa siempre será del comprador por utilizar una potencialidad que, sin embargo, está ahí para tentarle.
Nadie nunca se pregunta por qué diablos esa potencialidad tiene que estar ahí, como una joyería que deja las puertas abiertas por las noches en una calle con las luces apagadas.
Y nadie se lo pregunta porque nadie quiere enfrentarse al implícito discurso de dominación que se deduce de esta desigualdad en el trato, un discurso de dominación incómodo de escuchar y que cada vez más nos hace libres en lo anecdótico (comprar en Alcampo o Carrefour) y menos libres en lo esencial (la viabilidad de una política o de una industria depende en mayor medida de si misma que de los comportamientos de las personas que las cuestionan... y si son demasiados quienes lo hacen quizá es que hay que revisarla porque no es viable bajo la tiranía de unas determinadas circunstancias que definen una realidad... es mucho mejor atacar con todo a quienes discrepan que revisar los propios planteamientos).
P2P significa intercambio entre iguales.
No lo olvidemos.
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