"En Nostalghia quería dar continuación a mi tema del hombre débil, que en cuanto a sus características externas no es un luchador, pero que para mi es un vencedor en la vida. Ya Stalker dice en un monólogo que defiende la debilidad como el único valor verdadero y como la esperanza para la vida. Siempre me han gustado las personas incapaces de adaptarse a la realidad pragmática. Con excepción -quizá- de Iván, en mis películas nunca hay héroes, siempre hay personas cuya fuerza resulta de la convicción interior y también del hecho de que son capaces de asumir la responsabilidad hacia otras personas (esto, naturalmente, también se puede decir de Iván). Personas así recuerdan en muchos casos a niños con un pathos propio de adultos, porque sus actitudes, de cara al sentido común,son tremendamente carentes de realismo, desprendidas de sí mismos."
(Esculpir en el tiempo, Andrei Tarkovski)
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