No es fácil de explicar Juegos Sagrados.
Existen dos personajes principales en torno a los que se vertebra los más de 1.100 páginas que componen el libro. Por un lado está el oficial de policía sikh Sartaj Singh, que a lo largo de la obra investiga un sencillo caso de adulterio y un complejo caso de terrorismo religioso; por otro el gangster Ganesh Gaitonde, que está directamente relacionado con este segundo caso de terrorismo. Y por increíble que parezca, los caminos de ambos se cruzan casi al principio de la historia.
Sobre este entramado de índole policiaca, Chandra construye sus Juegos Sagrados con el objetivo de mostrar la realidad de la India a través del periplo personal de estos dos personajes... y de otros muchos, relacionados o no con aquellos.
El libro presenta largos capítulos en el que perdemos de vista a Sartaj y a Gaitonde para vernos directamente enviados al pasado para conocer la historia de la madre de Sartaj o para tomar conciencia de los difíciles orígenes del gangster. Porque resolver tramas no es lo importante, lo principal es que la realidad compleja de la India actual se hace visible a los ojos del lector materializándose a través de los personajes que van saliendo al paso de su leer. Algunos de ellos son especialmente brillantes como es el caso del misterioso Guru del gangster Gaitonde, personaje fascinante que encarna las dos facetas de la India, la espiritual y la material.
En definitiva, "Juegos sagrados" es una tremenda novela épica que consigue el objetivo que la novela como género tiene desde sus comienzos: hacer protagonista a toda una realidad. Y desde luego sorprende la India que uno se encuentra a lo largo de las páginas del libro: una India abigarrada y compleja, donde conviven hombro con hombro tradición y modernidad y en la que la vida casi siempre es una desesperada aventura de supervivencia de la que incluso los más aptos no pueden salir eternamente con bien.
Espectacular.
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