"Se suponía que sería una noche inolvidable. Y lo fue. Pero de un modo muy distinto de como lo imaginaban sus promotores. Dos diputados laboristas habían llamado a transformar Trafalgar Square en la versión británica de la plaza Tahrir: un campamento improvisado para protestar contra el plan de ajuste del Gobierno de David Cameron y cuestionar de paso su legitimidad.
Pero la violencia de cientos de antisistema propició un escenario bien distinto: con vandalismo exacerbado, hogueras esporádicas y choques violentos en torno a la estación de Charing Cross."
(La batalla de Trafalgar, El Pais)
Y si hay gente antisistema, será porque hay un sistema. Y entonces me pregunto en qué consiste ese sistema que las fuerzas y cuerpos de seguridad protejen.
¿En qué consiste ese sistema?
¿Qué está haciendo con el mundo, con las cosas y, lo que es más importante, con nosotros?
¿Le miramos a la cara realmente o nos pierde el placer inconfesable de sentirnos inocentes?
Pero la violencia de cientos de antisistema propició un escenario bien distinto: con vandalismo exacerbado, hogueras esporádicas y choques violentos en torno a la estación de Charing Cross."
(La batalla de Trafalgar, El Pais)
Y si hay gente antisistema, será porque hay un sistema. Y entonces me pregunto en qué consiste ese sistema que las fuerzas y cuerpos de seguridad protejen.
¿En qué consiste ese sistema?
¿Qué está haciendo con el mundo, con las cosas y, lo que es más importante, con nosotros?
¿Le miramos a la cara realmente o nos pierde el placer inconfesable de sentirnos inocentes?
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