"En una de sus muchas conferencias dirigidas a empresarios iraquíes, Michael Fleischer explicó que los negocios protegidos nunca llegan a ser competitivos. Parecía olvidar la ironía de que Halliburton, Bechtel, Parsons, KPMG, RTI, Blackwater y el resto de empresas estadounidenses que estaban en Irak para aprovecharse de la reconstrucción formaban parte de un enorme chanchullo proteccionista y que el gobierno de los Estados Unidos había creado sus mercados con una guerra, había impedido toda posibilidad de participación a sus competidores para pagarles después por hacer el trabajo al tiempo que les garantizaba los beneficios. Y todo a costa del contribuyente. La cruzada de la Escuela de Chicago había alcanzado la cima. Fue una forma de privatización más sencilla y reducida al mínimo: ni siquiera fue muy necesario transferir activos muy grandes, solo dejaron que las empresas se atiborrasen con las arcas del Estado. Ni inversiones ni responsabilidad: sólo beneficios astronómicos."
(La doctrina del shock, Naomi Klein)