LA VIDA MANCHA
Después de rodar "La caja 507", Enrique Urbizu rueda "La vida mancha" en el 2003.
Urbizu es para mi gusto el director más interesante que hay en el cine español actual. No he visto todas sus películas, pero en todas las que he visto Urbizu muestra siempre un gusto por estructuras narrativas del cine negro clásico, melodramas y thrillers basados en la redención, la venganza, la expiación, el fracaso... Pura materia de la que están hechos los sueños que se proyectan sobre la blanca pantalla.
En algunos casos sus películas no son del todo "redondas", pero siempre agradezco acercarme a su cine como quién se acerca a un oasis en medio del desierto.
No había visto "La vida mancha" y tengo que decir que es una extraordinaria película.
La historia contrapone el destino de dos hermanos de misma madre y diferente padre.
Por un lado, está Fito (Juan Sanz) un camionero perseguido por la mala suerte y el juego y por otro Pedro, un enigmático y solitario individuo que tras 15 años sin dar señales de vida aparece en la vida de Fito. Su llegada parece parte de un interminable viaje que Pedro ha emprendido ya hace mucho tiempo y que le convierte en un personaje desarraigado, lleno de silencios y cuya alma la vida parece haber manchado de manera irreparable.
De todo modo, Fito es ese misterioso forastero que aparece en muchas de las películas de Eastwood. Ese jinete pálido que aparece de ninguna parte en su camino hacia la nada, un heterodoxo que con su presencia mágica y especial es capaz de reconducir el destino de aquellos que jamás podrán entenderle mientras se tumba por un instante a la orilla de un estilo de vida que quizá en algún momento quiso llevar aunque el destino tuviese otros planes para él.
Y esto es lo que sucede también en "La vida mancha".
Mientras el espectador va descubriendo que Pedro parece tenerlo todo excepto el amor, al mismo tiempo descubre que Fito no tiene nada excepto el amor que profesa a su mujer Juana (Zay Nuba).
Pero la fugaz presencia de Pedro servirá para que Fito consiga reconstruir su vida ante el mirar enigmático de un brillante Jose Coronado que confiere a su Pedro una entidad magnética y misteriosa, entre el bien y el mal, que descubre en lo que queda de su manchado estar la posibilidad de un amor que se revelará imposible quizá una vez más para él.
Entregado a los encantos de la vida sedentaria materializada en la vida familiar en el hogar de Fito, Pedro comprobará una vez más lo que ya sabe, que es demasiado tarde para algunas cosas a las que el curso de su vida le ha llevado a renunciar.
No obstante, hará un último, imposible, romántico y desesperado esfuerzo por ganarle el pulso a su propio destino vencido por la nostalgia de algo que quizá alguna vez se tuvo.
Si bien resulta un tanto previsible en su planteamiento, "La vida mancha" es una película emocionante sobre la extraña condición que a veces adoptan las tinieblas y la luz.
Extraordinaria.
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