"La fuente y la esencia de nuestra riqueza se encuentra en la radiación del sol, la cual dispensa energía —riqueza— sin contrapartida. El sol da sin recibir... La radiación solar tiene como efecto la superabundancia de la energía en la superficie del globo. Pero, en principio, la materia viva recibe esta energía y la acumula en los límites establecidos por el espacio al que puede acceder. A continuación, la irradia o dilapida, pero antes de dedicar una parte apreciable de la energía acumulada a la radiación, la utiliza al máximo en el crecimiento. Sólo la imposibilidad de continuar el crecimiento da paso a la dilapidación. El verdadero excedente no comienza más que después de que haya quedado limitado el crecimiento del individuo o del grupo...
En principio, el excedente de energía, si no puede servir para el crecimiento, se pierde. Pero bajo ningún concepto puede pasar por útil esta pérdida inevitable. No se trata más que de una pérdida agradable, preferible a otra desagradable. Se trata de sentimiento, nunca de utilidad."
(La parte maldita, Georges Bataille)
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