Los gobernantes piden sacrificios.
Hay argumentos de todos los tipos para explicar por qué hay que hacerlos.
Pero, y una vez más, la cuestión esencial queda sepultada bajo cientos y cientos de palabras, cientos y cientos de papeles.
¿Qué ha sucedido para qué de pronto lo que un día era aceptable al día siguiente deje de serlo?
¿Por qué la deuda de los estados es una carga inviable ahora?
¿Por qué ha desaparecido la liquidez en el sistema monetario?
¿Cuál ha sido la gota que ha colmado el vaso?
¿Y de qué negra nube ha caído?
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