SHERLOCK
En su segunda temporada la serie Sherlock se reafirma como propuesta de calidad y, por encima de todo, como ejemplo de adaptación y traducción de planteamientos de una época ya pasada a otra, que es ésta misma, la que nos pasa.
Sin perder un ápice de la intriga y suspense que caracteriza a este personaje de Arthur Conan Doyle, "Sherlock" desviste al personaje de todo matiz victoriano para insertarlo de manera exitosa y brillante en otro universo de sentido, el de nuestra época. Y puede decirse que no se nota nada. No hay ningún aspecto que resulte extraño, llamativo o forzado. Este Sherlock de la BBC podría tomarse un café sin detonar con detectives de ficción contemporáneos como Wallander.
Las historias carecen de la impostada distancia del clásico, del espectáculo de "qualité" que parece encontrar en el despliegue del con sagrado si mismo en la principal razón de ser del espectáculo. Se desenvuelven con la frescura de lo nuevo, de lo recién descubierto, de lo que no se sabe observado y existiendo.
En absoluto hay en este "Sherlock" el menor atisbo de "grandeur" paralizante, sino todo lo contrario, pura "nouvelle vague´" aplicada como método para eliminar de la historia toda posible gordura de respeto y prestigio acumulada por el paso del tiempo.
Pura forma física, puro músculo narrativo desplegándose y siendo encarnado por dos actores brillantes como Benedict Cumberbatch y Martin Freeman que componen con inteligencia y talento ese personaje único formado siempre por la unión de dos caracteres complementarios.
Al igual que la primera, la segunda temporada se compone de tres capítulos de hora y media de duración. Y también del mismo modo que la primera, el primero está por encima del resto en cuanto a nivel de calidad. En este caso, "Escándalo en Belgravia" se convierte en una historia fascinante de amor e inteligencia que tiene valor por si sola, con independencia de su pertenencia a una serie.
La Irene Adler que se enfrenta a Holmes resulta ser uno de los personajes más fascinantes de mujer fatal que uno recuerda... y he visto ya unas cuantas (incluidas las de carne y hueso).
Brillante.
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