domingo, abril 15, 2012

LA TERCERA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL

Se publican muchos libros, cada vez más.

Una de las principales consecuencias es la dificultad de distinguir en ese bosque de títulos los árboles de aquellos libros que son verdaderamente importantes. Afortunadamente existe Jeremy Rifkin para temas sociales y económicos.

No he leído ningún libro suyo que no me haya abierto los ojos y me haya pensar y "La tercera revolución industrial" no iba a ser menos.

Vivimos una época de crisis, una época oscura que unos llaman "crisis" mientras otros preferimos llamar "estafa global" o "complot contra las personas", pero es otra historia... Y mientras se cruza el oscuro túnel se hace difícil imaginar, primero, si verdaderamente se trata de un túnel y, segundo, de conseguir creerlo así, imaginar qué nos puede esperar al otro lado el día que salgamos.

"La tercera revolución industrial" es un libro cuyo asunto, precisamente, tiene que ver con ese otro lado de ese túnel cuyo final no vislumbramos.

Partiendo de un análisis brillante de las causas de la crisis que vivimos y que principalmente tiene que ver con el agotamiento del modelo energético basado en los derivados del petróleo. Rifkin relaciona los precios del petróleo con la crisis financiera de una manera brillante, achacando la especulación financiera con la necesidad de un sistema agotado por apropiarse de la riqueza acumulada durante cien años de crecimiento económico para seguir creciendo. Algo así como cuando el cuerpo exigido por el esfuerzo se alimenta de las grasas acumuladas.

Tras ese diagnóstico, Rifkin propone una solución, una atractiva utopía de sociedad basada en el intercambio y la interacción de conocimiento, en las energías alternativas y los modelos sostenibles de producción que convierten al libro en una especial "delicatessen" de esperanza.

Seguro que a todos los que viven en el miedo y para los que la crisis no hace otra cosa que confirmar todos sus temores sobre la naturaleza humana el libro les parecerá una tontería, pero para todos los demás, los que buscamos algo en lo que creer para librarnos de tanta oscuridad medieval de hormigas cobardes y formales "La tercera revolución industrial" enciende una vela en la noche... y una vela a la razón y a la inteligencia.

Como vengo escribiendo desde hace tiempo, lo peor de este complot contra la gente es que verdaderamente las cosas no tienen por qué ser así y si lo son es porque alguien, desde la moral inflexible de la bestia humana, está decidiendo que así sea y no tengo nada en contra de tener creencias firmes. Lo único que digo es que se cruza una línea cuando aquello en lo que tu crees mata a las personas... y la gente está empezando a morir (ver la estadísticas de suicido en Grecia) por hacer las cosas de una determinada manera.

Esa es una responsabilidad que los maestros en las responsabilidades deben empezar a asumir, una responsabilidad que nada me gustaría más que en algún momento se les pudiera exigir.

"La tercera revolución industrial" abre otro agujero en ese muro que nos dice que las cosas sólo pueden ser hechas de una determinada forma.

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