Se trata de una precuela del ya clásico del mismo título que dirigiera John Carpenter en la década de los ochentas del siglo pasado (que a su vez era un remake de "El enigma de otro mundo", una peli de ciencia-ficción rodada por el maestro Howard Hawks en la década de los cincuentas del mismo siglo).
Y la precuela parte de la película de John Carpenter. De hecho aquella termina con la situación con que empieza ésta: un helicóptero perteneciente a una base Noruega en el Antártico persigue a tiros lo que aparentemente parece ser un inocente perro... pero ya todos sabemos que de inocente no tiene nada.
La película es una precuela (término horrible donde los haya) pero realmente cuenta la misma historia en otro lugar del Antártico. Los integrantes de la expedición Noruega descubrirán una nave extraterrestre y lo que parece el cuerpo congelado de uno de sus tripulantes... quién en realidad es la última víctima de un organismo que se dedica a sobrevivir copiando la apariencia física de otras criaturas.
A partir de ahí asistimos el mismo "body count" en el que el número de los integrantes de la expedición va disminuyendo mientras intentan luchar contra una forma de vida que puede adoptar la forma de cualquier otra forma vida.
Y tiene su punto que una precuela y su secuela, que la precede en el tiempo, prácticamente sean la misma historia, con alguna que otra escasa variación. Otra vuelta de tuerca más en la ley del mínimo esfuerzo creativo que además no queda del todo mal porque en ningún momento me sentí como si llevara puesta una nariz de payaso, elemento que debería formar parte de los complementos del vestuario de cualquier ser humano que se precie teniendo en cuenta el cariz que están tomando las cosas en el mundo.
"The thing" está entretenida... aunque puede que peligrosamente hayan bajado mis estándares.
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