THE FRONT LINE
¿Necesita el mundo una película más sobre los desastres de la guerra?
Algunos coreanos piensan que sí y han puesto en marcha esta "The front line" que tiene lugar a lo largo de la toda la guerra de Corea, librada a mediados del siglo pasado y que dio lugar a la división política de la península de Corea que todavía se prolonga en nuestros días.
Pasando por encima de los indudables significados locales que la película encierra, "The front line" presenta un interesante retrato en barro y sangre del conflicto centrándolo en la batalla que coreanos del norte y del sur con la respectiva ayuda de chinos y norteamericanos libran en el frente oriental por el control de las colinas de Aerok.
Sucesivamente, y en un baile sangriento, las colinas pasan de un bando a otro posibilitando, y éste es uno de los principales hallazgos dramáticos de la película, un canal de comunicación entre ambos contendientes en el que, entre otras cosas, se cruzan cartas destinadas a familiares que han quedado "atrapados" en el respectivo otro lado.
Los servicios de inteligencia de la Corea del Sur detectan alguna de esas cartas y creyendo que existe una fuga de inteligencia en el frente Oriental envía a un capitán a investigar las filtraciones. Este capitán entrará en contacto con la realidad de los soldados de la compañía Alligator, encargada de defender y atacar las colinas Aerok.
Si por algo brilla, "The front line" es la finura con que retrata a todos y cada uno de esos soldados cuyas psicologías han sido pulverizadas por los rigores del conflicto bélico y que se defienden como pueden del sangriento absurdo en que se encuentran sumidos. Y que en una siniestra vuelta de tuerca del absurdo les obligará a librar un último baile final por el control de las colinas aún sabiendo que dentro de doce horas empezará el armisticio.
Nosotros, como país, aún no hemos sido capaces de producir una película parecida, que sea capaz de incidir en la maldad de la guerra y no en la maldad de los bandos desde la total superación del pasado... Ya no es que tengamos que aprender de los Estados Unidos sino que también nos toca empezar a aprender de los coreanos del sur... y eso que ellos todavía tienen a Franco o a Stalin (que cada uno elija su demonio favorito) vivo (o macerado en sake) viviendo justo al lado.
En cualquier caso, y dejando nuestras asquerosas miserias aparte, "The front line" sigue con acierto la difícil estela del buen cine bélico no teniendo demasiado que envidiar a clásicos recientes como "Salvar al soldado Ryan" o "La delgada línea roja"... si acaso en una absoluta carencia de sentimentalismos que en absoluto me parece un defecto sino una virtud que, desnudándolo todo aún más, enriquece.
Muy interesante.
¿Necesita el mundo una película más sobre los desastres de la guerra?
Algunos coreanos piensan que sí y han puesto en marcha esta "The front line" que tiene lugar a lo largo de la toda la guerra de Corea, librada a mediados del siglo pasado y que dio lugar a la división política de la península de Corea que todavía se prolonga en nuestros días.
Pasando por encima de los indudables significados locales que la película encierra, "The front line" presenta un interesante retrato en barro y sangre del conflicto centrándolo en la batalla que coreanos del norte y del sur con la respectiva ayuda de chinos y norteamericanos libran en el frente oriental por el control de las colinas de Aerok.
Sucesivamente, y en un baile sangriento, las colinas pasan de un bando a otro posibilitando, y éste es uno de los principales hallazgos dramáticos de la película, un canal de comunicación entre ambos contendientes en el que, entre otras cosas, se cruzan cartas destinadas a familiares que han quedado "atrapados" en el respectivo otro lado.
Los servicios de inteligencia de la Corea del Sur detectan alguna de esas cartas y creyendo que existe una fuga de inteligencia en el frente Oriental envía a un capitán a investigar las filtraciones. Este capitán entrará en contacto con la realidad de los soldados de la compañía Alligator, encargada de defender y atacar las colinas Aerok.
Si por algo brilla, "The front line" es la finura con que retrata a todos y cada uno de esos soldados cuyas psicologías han sido pulverizadas por los rigores del conflicto bélico y que se defienden como pueden del sangriento absurdo en que se encuentran sumidos. Y que en una siniestra vuelta de tuerca del absurdo les obligará a librar un último baile final por el control de las colinas aún sabiendo que dentro de doce horas empezará el armisticio.
Nosotros, como país, aún no hemos sido capaces de producir una película parecida, que sea capaz de incidir en la maldad de la guerra y no en la maldad de los bandos desde la total superación del pasado... Ya no es que tengamos que aprender de los Estados Unidos sino que también nos toca empezar a aprender de los coreanos del sur... y eso que ellos todavía tienen a Franco o a Stalin (que cada uno elija su demonio favorito) vivo (o macerado en sake) viviendo justo al lado.
En cualquier caso, y dejando nuestras asquerosas miserias aparte, "The front line" sigue con acierto la difícil estela del buen cine bélico no teniendo demasiado que envidiar a clásicos recientes como "Salvar al soldado Ryan" o "La delgada línea roja"... si acaso en una absoluta carencia de sentimentalismos que en absoluto me parece un defecto sino una virtud que, desnudándolo todo aún más, enriquece.
Muy interesante.
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