CAPITÁN CONAN
Dirigida en 1996 por Bertrand Tavernier, "Capitán Conan" es más una película sobre la guerra que una película bélica propiamente dicha.
Situada en el desconocido Frente Oriental de la I Guerra Mundial situado en Bulgaria y Rumanía la película sigue las vicisitudes que vive el cuerpo expedicionario francés centrándose en dos personajes: el capitán Conan (Phillipe Torreton), comandante de un cuerpo de élite y el teniente Norbert (Samuel Le Bihan), joven idealista que entra en contacto con la realidad guerrera que representa Conan.
La película narra el final de la guerra y los meses subsiguientes a la firma del armisticio en los que el cuerpo expedicionario francés vaga por el oriente Europeo a la espera de un destino que finalmente encontrará protegiendo las fronteras de Rumania frente a las tropas del Ejército Rojo, otro frente ignorado, spinoff de la Primera Guerra Mundial: el soporte que tropas extranjeras dieron a la pequeña guerra civil entre rusos rojos y blancos que se dedujo de la Revolución Rusa.
El aspecto más interesante de "Capitán Conan" no es su carácter de aplicado ensayo sobre el absurdo de la guerra, propósito al que siempre ha ayudado bastante la concepción aristocrática y clasista de gestión de la tropa que caracterizó a la llamada Gran Guerra, sino los lugares por donde transita esta historia, un complicado territorio fronterizo entre guerra y paz donde soldados como el capitán Conan deben poner límites al monstruo salvaje que la situación de guerra la sociedad ha permitido y considerado necesario.
Gran parte de la película discurre entre frente y frente, con la necesidad siempre presente de disciplinar y someter a un nuevo orden de paz, a todo un conjunto de soldados que han vivido durante años sumergidos en un mundo de brutal violencia.
El teniente Norbert terminará formando parte de ese mecanismo de control lo que le llevará al enfrentamiento con su amigo Conan, quién percibe con la honestidad de un salvaje heterodoxo, nacido para la guerra, las contradicciones de un mundo que promocionó a hombres como él mientras los necesitó.
Ahora llega la paz, las necesidades son otras y hombres valientes son condenados a muerte por hacer lo que hace apenas unos días formaba parte de su vida cotidiana.
El final de la guerra implica un proceso en el que los perros de la guerra deben volver a ser atados, pero Conan no permitirá que lo aten a él y a sus hombres sin como mínimo protestar lo que devuelve a la película a ese discurso crítico sobre el contradictorio absurdo de la guerra.
Está muy bien este "Capitán Conan", una de las mejores películas de un director importante como Bertrand Tavernier.
Dirigida en 1996 por Bertrand Tavernier, "Capitán Conan" es más una película sobre la guerra que una película bélica propiamente dicha.
Situada en el desconocido Frente Oriental de la I Guerra Mundial situado en Bulgaria y Rumanía la película sigue las vicisitudes que vive el cuerpo expedicionario francés centrándose en dos personajes: el capitán Conan (Phillipe Torreton), comandante de un cuerpo de élite y el teniente Norbert (Samuel Le Bihan), joven idealista que entra en contacto con la realidad guerrera que representa Conan.
La película narra el final de la guerra y los meses subsiguientes a la firma del armisticio en los que el cuerpo expedicionario francés vaga por el oriente Europeo a la espera de un destino que finalmente encontrará protegiendo las fronteras de Rumania frente a las tropas del Ejército Rojo, otro frente ignorado, spinoff de la Primera Guerra Mundial: el soporte que tropas extranjeras dieron a la pequeña guerra civil entre rusos rojos y blancos que se dedujo de la Revolución Rusa.
El aspecto más interesante de "Capitán Conan" no es su carácter de aplicado ensayo sobre el absurdo de la guerra, propósito al que siempre ha ayudado bastante la concepción aristocrática y clasista de gestión de la tropa que caracterizó a la llamada Gran Guerra, sino los lugares por donde transita esta historia, un complicado territorio fronterizo entre guerra y paz donde soldados como el capitán Conan deben poner límites al monstruo salvaje que la situación de guerra la sociedad ha permitido y considerado necesario.
Gran parte de la película discurre entre frente y frente, con la necesidad siempre presente de disciplinar y someter a un nuevo orden de paz, a todo un conjunto de soldados que han vivido durante años sumergidos en un mundo de brutal violencia.
El teniente Norbert terminará formando parte de ese mecanismo de control lo que le llevará al enfrentamiento con su amigo Conan, quién percibe con la honestidad de un salvaje heterodoxo, nacido para la guerra, las contradicciones de un mundo que promocionó a hombres como él mientras los necesitó.
Ahora llega la paz, las necesidades son otras y hombres valientes son condenados a muerte por hacer lo que hace apenas unos días formaba parte de su vida cotidiana.
El final de la guerra implica un proceso en el que los perros de la guerra deben volver a ser atados, pero Conan no permitirá que lo aten a él y a sus hombres sin como mínimo protestar lo que devuelve a la película a ese discurso crítico sobre el contradictorio absurdo de la guerra.
Está muy bien este "Capitán Conan", una de las mejores películas de un director importante como Bertrand Tavernier.
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