El sol y su luz,
la mar en olas despeinada,
la arena y las huellas,
silenciosamente
y en paz derramadas
apenas le alcanzan.
No pueden atravesar
la inmensa distancia
que abismal les separa
de esta inmisericorde
mañana clara
que enmudece la voz de los pájaros
y amarillea el verdor de las plantas.

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