martes, junio 19, 2012

LO APOLÍNEO, LO DIONISÍACO Y EL FÚTBOL ESPAÑOL

Es flaca la memoria.

Ganamos la final de la Eurocopa 2008 con un medio centro defensivo, Marcos Senna, que además la tocaba, cuatro centrocampistas jugones (Silva, Iniesta, Xavi y Cesc) y un delantero (Fernando Torres)... Con la habitual inclusión de otro delantero jugón como Villa por Cesc arrasamos y jugamos como casi nunca un equipo de fútbol ha jugado.

Marchó Luis Aragonés y llegó Vicente del Bosque al banquillo de la selección.

Con Del Bosque se rumoreaba que la selección iba a cambiar jugando más por los extremos, pero en realidad, el principal y casi único cambio fue quitar a un centrocampista jugón y añadir un medioc entro defensivo.

Así, de no ser titular en el equipo de la Eurocopa, Xabi Alonso pasó a jugar en línea con Busquets. Y la selección perdió un peón en la zona de los tres cuartos donde se apelotonaban los jugadores del equipo contrario para nuestro juego de toque, desmarque y ruptura.

Además, ni Busquets ni Xabi tienen la capacidad de toque de Senna, que en la Eurocopa no sólo tapó el juego del equipo contrario sino que, multiplicándose, se añadió como un peón mas en nuestro juego de toque, desmarque y ruptura.

La consecuencia fue que nuestro juego se resintió. Pasamos de arrasar a ganar los partidos muy ajustadamente, ganando todos los partidos por la mínima excepto el partido de la fase previa con Honduras. Nuestro juego tuvo menos opciones en ataque pero aún asi ganamos el Mundial y el planteamiento menos atrevido de Del Bosque se vió reforzado... Ya se sabe que de los éxitos no se aprende.

Ahora, en esta nueva Eurocopa, jugamos y ganamos los partidos como lo hicimos en el mundial: ajustadamente y con calidad en el toque... pero sin deslumbrar porque empleamos a un jugador más en aguantar la línea defensiva por detrás de los jugones.

Y eso Del Bosque lo sabe... sabe que para jugar con más velocidad de balón y superar más fácilmente a las apelotonadas defensas contrarias, que ya nos conocen y nos esperan, necesitamos una opción mas de toque, pero es tan conservador que no se atreve a renunciar al doble pivote... en donde tenemos a dos jugadores acostumbrados a jugar sólos en esa zona y que tienden a estorbarse cuando no a anularse.

Por eso decide jugar sin delantero. Para añadir una opción más de toque con la esperanza de prolongar el toque y el desmarque hasta el interior del área contraria y marcar dando un pase a la red (cosa que caracteriza a todos nuestros goles en le Eurocopa). Y me parece bien como ya he escrito... solo que parece que no lo hemos entrenado demasiado. Pero que quede claro que nos planteamos jugar sin delantero porque el entrenador de la selección no se atreve a jugar con un único pivote defensivo.

La verdad es que hemos ganado el mundial sin explotar al máximo nuestras posibilidades de juego y puede pasarnos lo mismo en esta Eurocopa, pero de los éxitos jamás se aprende y la necesidad de un peón más para el toque sigue siendo patente (si es que queremos jugar como en la primera Eurocopa). Insisto, Del Bosque lo sabe, pero no se atreve a hacer lo que hay que hacer.

Es lo que tiene haberse criado en el Real Madrid... la relación antinatural tanto con la victoria como con la derrota. Por eso Luis que es un genio y que es del Atletico de Madrid se atrevió a liarse la manta a la cabeza y jugar con los pequeños.

La disputa entre lo apolíneo y lo dionisiaco sucediendo eterna, esta vez en el banquillo de nuestra selección.

"Apolo como dios del sueño, de la luz y del arte representa perfectamente lo apolíneo. Esta fuerza que ha guiado a buena parte del arte griego antiguo intenta plasmar la belleza serena del mundo, construir una isla en donde el individuo se encuentre resguardado del flujo caótico del universo y de la existencia. Lo apolíneo es un principio sosegador y aquietador, y en las obras bajo el influjo de lo apolíneo nos sumergimos en la tranquila serenidad de la apariencia bella. En otras palabras, el solar Apolo representa el principio de racionalización gracias al cual nos sustraemos del flujo salvaje de nuestras vidas, es el descanso luminoso de nuestras almas. Nietzsche lo asocia al sueño -que no a la pesadilla- en donde la realidad vaporosa y vagamente se nos presenta como cumplimiento de nuestros deseos.
Frente a este impulso onírico y aquietador de la apolíneo el filósofo alemán sitúa lo dionisíaco representado por la embriaguez. Lo dionisíaco se manifiesta como una explosión de vitalidad salvaje en la que desaparecen incluso los límites de la individualidad. Dionisos, dios del vino y del éxtasis, celebra la danza orgiástica de las bacantes, de los danzantes de San Vito o San Juan o de los cultos afrocubanos. El sujeto, arrebatado por el baile y la música, pierde la noción del yo y se funde en la vorágine vital que es la esencia del mundo (este concepto está estrechamente relacionado con la idea schopenahaueriana de “voluntad”). Lo apolíneo y dionisíaco son modos diferentes de entender la experiencia vital en pugna pero complementarios. La tragedia de Esquilo y Sófocles, no la de Eurípides, aunaron correctamente estos dos impulsos sin anular la fuerza de ninguno."
(Lo apolíneo y lo dionisiaco, La sangre del león verde)

Como buen apolíneo, Del Bosque quiere sustraerse del flujo salvaje de la vida, un flujo que implica la posibilidad de la derrota y lo hace buscando la racionalización de ese carisma demostrado en la Eurocopa, en el descanso de la calidad del equipo sobre un inmutable y férreo doble pivote defensivo, mientras que Aragonés apostaba por la vitalidad salvaje de nuestro juego de toque y desmarque, aunque pudiera suponer la derrota, la danza orgiástica en torno al balón de nuestros centrocampistas creativos siempre fue primero.

Y es que lo dionisiaco siempre ha molado mas... los que vimos la Eurocopa lo sabemos perfectamente. Lo malo es que te vuelve loco, pero tras cada noche enloquecida siempre hay una mañana de carnaval que madrugadores hombres como Del Bosque disfrutan a su manera, descansados y sin ojeras.

La suerte que tenemos es que hemos ganado de las dos formas.

No perdamos la perspectiva. Podríamos jugar mejor, pero por el momento ésta nos vale. Y por más que lo intento no puedo imaginarme a un Del Bosque orgiástico, pero la vida (larga) pertenece a aquellos que como Del Bosque viven de preocuparse, de tener miedo.

Es el gran problema que tiene lo dionisiaco: es inolvidable pero también es efímero porque nos expone demasiado a los inflexibles rigores de la vida. Y contra sus inconvenientes el ser humano se protege con el canon, con lo apolineo de la norma. Y la magia inmóvil de una revolución siempre es sucedida por control menos sexy de la norma. Pero lo que de verdad siempre se recuerda es la epica magia de esos momentos vividos en el alambre... Lo que para entendernos viene a ser la aventura.
Gracias Luis!

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