En 1956, el coronel Nasser, gobernante de Egipto y uno de los personajes más relevantes del llamado Tercer Mundo, decidió nacionalizar el Canal Suez expropiándolo a los gobiernos de Francia e Inglaterra. Esta expropiación significaba no sólo un golpe económico puesto por el canal pasaba buena parte del negocio naviero mundial (incluyendo el petrolífero) sino un golpe a la imagen de dos países que venían teniendo peso en la política mundial desde hacía tres siglos.
Los gobiernos de los dos países europeos reaccionaron y con la ayuda de Israel, que tenía interés en generar un espacio de seguridad entre sus fronteras y las egipcias, crearon una coalición tripartita. Los israelíes ocuparon la península del Sinaí y a espaldas de las tropas egipcias, franceses e ingleses realizaron una operación aerotransportada destinada a ocupar los puntos claves del canal.
La operación fue un éxito militar, pero le crisis del 56 certifica sobre todo la definitiva pérdida de poder real de las más importantes potencias europeas en la política mundial.
Estadounidenses y soviéticos, por diferentes motivos, les obligaron a retirarse.
Buena parte de importancia en la resolución de esta situación tiene la invasión soviética de Hungría, que se realizó prácticamente al mismo tiempo, generando una situación de tensión global bastante similar a la crisis cubana de los misiles.
Los soviéticos amenazaron con intervenir y los Estados Unidos, que no fueron informados por los gobiernos británicos y franceses, decidieron llamar la atención a sus aliados dejando claro quién era el jefe. Un jefe en cuyos planes no entraba un conflicto bélico probablemente mundial en uno de los cuellos de botella del comercio marítimo mundial.
En este contexto turbulento sucede "The Hour".
Una serie de la BBC de seis capítulos de una hora de duración.
La historia se mueve en tres lineas de acción narrativas que se entremezclan en un complejo juego de precisión que consigue interesar desde casi el primer momento.
Por un lado, está el lanzamiento de un pionero programa informativo en directo, "The hour", que da titulo a la serie, en un momento histórico tan relevante; por otro, hay una trama de espionaje a lo John Le Carré que implica a las altas esferas de la política y la sociedad británica seguida por uno de los periodistas del programa; y finalmente, un interesante análisis de las relaciones entre prensa y poder con aun más interesantes derivaciones sobre el concepto y la verdadera realidad de la democracia cuando los intereses y necesidades de los realmente poderosos entran en juego.
Y como siempre en casi todas las series de la BBC hay alguien muy inteligente detrás de esta historia que combina de una manera maestra tres líneas de acción que revelan tres mundos fascinantes y llenos de interés para quién les escribe: la televisión primigenia, el espionaje y la trama tan propia del cine negro de los intereses creados sucediendo invisible pero poderosa por debajo de la superficie de libertades de los sistemas democráticos.
Detrás de los tópicos suele haber una verdad y en el caso de las series de ficción de la BBC, "The hour" es un nuevo y enésimo ejemplo de esa calidad y magnífico acabado que suele ser marca de fábrica de los productos creados por la cadena pública británica.
Además, "The Hour" cuenta con el incomparable atractivo de sus actrices y actores, entre los que destaca la maravillosa Anna Chancellor que hace una auténtica creación de su personaje, Lix Storm, una mujer a lo Katharine Hepburn o Gerda Taro de la que perfectamente podrían haberse enamorado Hemingway o Capa... si es que no lo hicieron.
Merece la pena ver "The hour".
Los gobiernos de los dos países europeos reaccionaron y con la ayuda de Israel, que tenía interés en generar un espacio de seguridad entre sus fronteras y las egipcias, crearon una coalición tripartita. Los israelíes ocuparon la península del Sinaí y a espaldas de las tropas egipcias, franceses e ingleses realizaron una operación aerotransportada destinada a ocupar los puntos claves del canal.
La operación fue un éxito militar, pero le crisis del 56 certifica sobre todo la definitiva pérdida de poder real de las más importantes potencias europeas en la política mundial.
Estadounidenses y soviéticos, por diferentes motivos, les obligaron a retirarse.
Buena parte de importancia en la resolución de esta situación tiene la invasión soviética de Hungría, que se realizó prácticamente al mismo tiempo, generando una situación de tensión global bastante similar a la crisis cubana de los misiles.
Los soviéticos amenazaron con intervenir y los Estados Unidos, que no fueron informados por los gobiernos británicos y franceses, decidieron llamar la atención a sus aliados dejando claro quién era el jefe. Un jefe en cuyos planes no entraba un conflicto bélico probablemente mundial en uno de los cuellos de botella del comercio marítimo mundial.
En este contexto turbulento sucede "The Hour".
Una serie de la BBC de seis capítulos de una hora de duración.
La historia se mueve en tres lineas de acción narrativas que se entremezclan en un complejo juego de precisión que consigue interesar desde casi el primer momento.
Por un lado, está el lanzamiento de un pionero programa informativo en directo, "The hour", que da titulo a la serie, en un momento histórico tan relevante; por otro, hay una trama de espionaje a lo John Le Carré que implica a las altas esferas de la política y la sociedad británica seguida por uno de los periodistas del programa; y finalmente, un interesante análisis de las relaciones entre prensa y poder con aun más interesantes derivaciones sobre el concepto y la verdadera realidad de la democracia cuando los intereses y necesidades de los realmente poderosos entran en juego.
Y como siempre en casi todas las series de la BBC hay alguien muy inteligente detrás de esta historia que combina de una manera maestra tres líneas de acción que revelan tres mundos fascinantes y llenos de interés para quién les escribe: la televisión primigenia, el espionaje y la trama tan propia del cine negro de los intereses creados sucediendo invisible pero poderosa por debajo de la superficie de libertades de los sistemas democráticos.
Detrás de los tópicos suele haber una verdad y en el caso de las series de ficción de la BBC, "The hour" es un nuevo y enésimo ejemplo de esa calidad y magnífico acabado que suele ser marca de fábrica de los productos creados por la cadena pública británica.
Además, "The Hour" cuenta con el incomparable atractivo de sus actrices y actores, entre los que destaca la maravillosa Anna Chancellor que hace una auténtica creación de su personaje, Lix Storm, una mujer a lo Katharine Hepburn o Gerda Taro de la que perfectamente podrían haberse enamorado Hemingway o Capa... si es que no lo hicieron.
Merece la pena ver "The hour".
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