Me gusta lo que he visto.
Es verdad que sólo he visto el primer capítulo de su nueva serie, "The Newsroom", centrada en la producción de un programa informativo por una cadena de televisión norteamericana, pero me gusta... y mucho. Incluso como siempre me ha emocionado y hecho llorar, pero eso es lo de menos.
Si en "The west wing", su obra maestra hasta el momento (y hasta terminar de ver los capítulos restantes), Sorkin quiso mostrarnos el ideal de la política y de los políticos, en "The Newsroom" tiene toda la pinta de que el creador norteamericano nos quiere mostrar cómo debiera ser el periodismo y los periodistas.
Y no deja de tener su gracia de que en el mismo día en que ningún informativo abre con los disturbios en Grecia en titulares, empiece a ver esta propuesta de Sorkin, tan llena de ética y posibilismo como en "The West Wing"... pero también rebosante de su incuestionable talento para construir personajes y hacerlos dialogar de manera brillante para expresar sus ideas y mostrarse.
Pero no me importan tanto los detalles de su genio para crear e imbricar historias llenas de personajes que resultan auténticos... aunque muchos de ellos disten de ser ciertos.
No se vosotros pero en lo que a mi respecta estoy bastante harto de sesudos vates que, tras apelar al siempre conveniente sentido de la responsabilidad, pretenden contarnos cómo las cosas son... Lo que ahora mismo necesitamos es precisamente todo lo contrario: gente valiente e irresponsable que nos recuerde cómo las cosas deben y pueden ser.
En lo social, la realidad es un concepto, un instrumento que debemos ser capaces de cambiar si no nos vale. Para eso debieran servir los regímenes políticos y las libertades.
La realidad que se impone como algo externo a la gente siempre pertenece a alguien.
Los grandes avances científicos, sociales, tecnológicos y políticos de la humanidad siempre han implicado asumiendo el riesgo de no escuchar a todos aquellos que repiten como monitos esa voz del amo que dice que las cosas sólo pueden ser de una determinada manera.
Y como en "The West Wing" no había nada más cojonudo que ser político, en "The Newsroom" salta a la vista que no hay nada más acojonante que ser un periodista de verdad.
¡Bravo por Aaron Sorkin!
Es verdad que sólo he visto el primer capítulo de su nueva serie, "The Newsroom", centrada en la producción de un programa informativo por una cadena de televisión norteamericana, pero me gusta... y mucho. Incluso como siempre me ha emocionado y hecho llorar, pero eso es lo de menos.
Si en "The west wing", su obra maestra hasta el momento (y hasta terminar de ver los capítulos restantes), Sorkin quiso mostrarnos el ideal de la política y de los políticos, en "The Newsroom" tiene toda la pinta de que el creador norteamericano nos quiere mostrar cómo debiera ser el periodismo y los periodistas.
Y no deja de tener su gracia de que en el mismo día en que ningún informativo abre con los disturbios en Grecia en titulares, empiece a ver esta propuesta de Sorkin, tan llena de ética y posibilismo como en "The West Wing"... pero también rebosante de su incuestionable talento para construir personajes y hacerlos dialogar de manera brillante para expresar sus ideas y mostrarse.
Pero no me importan tanto los detalles de su genio para crear e imbricar historias llenas de personajes que resultan auténticos... aunque muchos de ellos disten de ser ciertos.
No se vosotros pero en lo que a mi respecta estoy bastante harto de sesudos vates que, tras apelar al siempre conveniente sentido de la responsabilidad, pretenden contarnos cómo las cosas son... Lo que ahora mismo necesitamos es precisamente todo lo contrario: gente valiente e irresponsable que nos recuerde cómo las cosas deben y pueden ser.
En lo social, la realidad es un concepto, un instrumento que debemos ser capaces de cambiar si no nos vale. Para eso debieran servir los regímenes políticos y las libertades.
La realidad que se impone como algo externo a la gente siempre pertenece a alguien.
Los grandes avances científicos, sociales, tecnológicos y políticos de la humanidad siempre han implicado asumiendo el riesgo de no escuchar a todos aquellos que repiten como monitos esa voz del amo que dice que las cosas sólo pueden ser de una determinada manera.
Y como en "The West Wing" no había nada más cojonudo que ser político, en "The Newsroom" salta a la vista que no hay nada más acojonante que ser un periodista de verdad.
¡Bravo por Aaron Sorkin!
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