“Y además existe otro problema: tal y como lo sospechaba De Tocqueville, liberar a la gente puede volverla indiferente. El individuo es el enemigo número uno del ciudadano, sugería De Tocqueville. El ciudadano es una persona inclinada a procurar su propio bienestar a través del bienestar de su ciudad –mientras que el individuo tiende a la pasividad, al escepticismo, a la desconfianza hacia la causa común, el bien común, la sociedad buena o la sociedad justa ¿Qué significa bien común sino dejar que cada uno se satisfaga a su modo?”
Zygmunt Bauman, La modernidad líquida
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