Delicadamente engarzado en su silencio,
con maneras de continente perdido
esperando la mirada y el momento de ser descubierto
se encontraba la exacta forma de su secreto.
Era como una huella abandonada sobre la arena,
contorno y limites existiendo de una forma vaga,
reflejo que deslumbra,
entreverado espejismo,
titilante luz apenas sentida en la distancia.
Un complejo misterio
cifrándose y descifrándose
en las vueltas y revueltas
de su simple y hermoso estar tendido
como recién lavado,
al mar, la
arena y el viento
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