BOSS
Definitivamente... No puedo hacer otra cosa que colocar a esta serie producida por Starz en el Olimpo, justo a la derecha del padre, que por supuesto es The Wire.
Definitivamente... Porque en ésta, su segunda temporada, Boss se supera y superarse significa partir desde el maravilloso "muy arriba" en donde las cosas quedaron en la anterior temporada para llegar aún más alto, a mostrarnos durante diez intensos capítulos el terrible y acojonante trabajo de maquiavelismo y maldad que hace ese personaje tremendo que es Tom Kane.
Porque si algo consigue esta segunda temporada es que el espectador se sienta tan burlado y por los suelos como muchos de los personajes que el mefistofélico Kane usa y tira en función de su necesidad y voluntad.
No hay más que víctimas alrededor de Kane. Y en este sentido merece la pena llegar a esa conversación que el diabólico alcalde tiene con la idealista Mona Fredericks, merece la pena escuchar lo que le dice y la dureza con que lo expresa... para mi gusto uno de los grandes momentos de la historia de la ficción televisiva... más o menos.... sólo quería saber qué se siente al estar al lado de alguien tan idealista como tú y ahora ya lo se, no hace falta que pases por tu despacho a recoger tus cosas.... ¡Brutal!
Del mismo modo que en la primera temporada, el espectador asiste al planteamiento de una situación que parece colocar al viejo político diabólico contra las cuerdas... su enfermedad, un proyecto que le enfrenta con su red clientelar habitual, un atentado, las investigaciones de la prensa... parece que todo está en su contra, que la verdad y la justicia se impondrán, pero, y ésto es lo fascinante del personaje y de la historia, el viejo Kane se las arreglará para dar la vuelta a la situación, convirtiendo a los cazadores en cazados y, lo que es más importante, sin parar en los medios necesarios para conseguirlo.
El personaje de Thomas Kane presenta mejor que ninguno que ahora recuerde esa imagen oscura y malvada de la política que todos tenemos y buena parte de ese éxito descansa en el talento actoral de Kelsey Grammer, capaz de saltar de un registro a otro con la rapidez y eficiencia de un maestro produciendo como resultado un personaje que termina dando a quién les escribe literalmente miedo.
Magnífica serie Boss!
Ya está tardando la tercera temporada.
Definitivamente... No puedo hacer otra cosa que colocar a esta serie producida por Starz en el Olimpo, justo a la derecha del padre, que por supuesto es The Wire.
Definitivamente... Porque en ésta, su segunda temporada, Boss se supera y superarse significa partir desde el maravilloso "muy arriba" en donde las cosas quedaron en la anterior temporada para llegar aún más alto, a mostrarnos durante diez intensos capítulos el terrible y acojonante trabajo de maquiavelismo y maldad que hace ese personaje tremendo que es Tom Kane.
Porque si algo consigue esta segunda temporada es que el espectador se sienta tan burlado y por los suelos como muchos de los personajes que el mefistofélico Kane usa y tira en función de su necesidad y voluntad.
No hay más que víctimas alrededor de Kane. Y en este sentido merece la pena llegar a esa conversación que el diabólico alcalde tiene con la idealista Mona Fredericks, merece la pena escuchar lo que le dice y la dureza con que lo expresa... para mi gusto uno de los grandes momentos de la historia de la ficción televisiva... más o menos.... sólo quería saber qué se siente al estar al lado de alguien tan idealista como tú y ahora ya lo se, no hace falta que pases por tu despacho a recoger tus cosas.... ¡Brutal!
Del mismo modo que en la primera temporada, el espectador asiste al planteamiento de una situación que parece colocar al viejo político diabólico contra las cuerdas... su enfermedad, un proyecto que le enfrenta con su red clientelar habitual, un atentado, las investigaciones de la prensa... parece que todo está en su contra, que la verdad y la justicia se impondrán, pero, y ésto es lo fascinante del personaje y de la historia, el viejo Kane se las arreglará para dar la vuelta a la situación, convirtiendo a los cazadores en cazados y, lo que es más importante, sin parar en los medios necesarios para conseguirlo.
El personaje de Thomas Kane presenta mejor que ninguno que ahora recuerde esa imagen oscura y malvada de la política que todos tenemos y buena parte de ese éxito descansa en el talento actoral de Kelsey Grammer, capaz de saltar de un registro a otro con la rapidez y eficiencia de un maestro produciendo como resultado un personaje que termina dando a quién les escribe literalmente miedo.
Magnífica serie Boss!
Ya está tardando la tercera temporada.
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