LA MODERNIDAD LÍQUIDA
Escrito en 1999 por el sociólogo polaco Zygmunt Bauman, "La modernidad líquida" es uno de esos libros que sin duda alguna deben ser leídos.
A mi entender, este trabajo de Bauman pone colofón desde la perspectiva de la sociología crítica a toda una corriente de pensamiento que se interroga sobre la nueva sociedad que producía la doble evolución del capitalismo hacia el sector terciario, especialmente hacia lo financiero y también hacia poner el enfasis, dentro del hecho social que es el mercado, del productor al consumidor.
Y todo explicado a través de ese continuo metafórico que es solidez-liquidez.
Porque para Bauman la liquidez es una perfecta manera de expresar el carácter de cambio, de transitoriedad que produce en la sociedad la desregulación y la liberalización de los mercados, liquidez que contrasta con la solidez de una economía basada en la economía real y que mantiene la garantía de unos ciertos niveles de bienestar para los individuos que participan de ella.
Pero Bauman no se detiene ahí. Su obra siempre ha estado centrada en los individuos y como estos viven las estructuras de vida que las sociedades que integran les proporcionan y en este sentido buena parte de la Modernidad Liquida se centra en los efectos que tiene esta liquidez sobre las personas que la habitan, efectos que resultan tremendamente perversos.
La descripción que Bauman hace es la de una sociedad de individuos desconectados los unos de los otros, individuos que se entienden solamente desde su carácter de consumidores, individuos que padecen la dominación y disfuncionalidades de la sociedad sin tener otra respuesta que su propia biografía compuesta de decisiones individuales tomadas siempre desde la falta de visión y la desigualdad de fuerzas.
El carácter colectivo, la interpretación de las situaciones desde la clase, en un mundo de individuos que es la exacerbada realización de la ideología liberal, individuos obligados a ser libres y a realizar su proyecto de vida desde la libertad pero que se ven abocados al mismo tiempo a asumir los miedos e inconvenientes que esa libertad comporta dentro de una sociedad cambiante, que deviene en difícil y arriesgada de vivir por imprevisible. Y deben enfrentarse a esos peligros desde la soledad de su propia biografía, sin poder recurrir a relatos colectivos que les defiendan de los errores y disfuncionalidades o simplemente a los rigores que esa liquidez produce y que afectan a lo que cada individuo tiene de necesidad de lo colectivo y lo social.
En definitiva, una obra esencial no solo para entender lo que sucede sino también lo que nos pasa.
Escrito en 1999 por el sociólogo polaco Zygmunt Bauman, "La modernidad líquida" es uno de esos libros que sin duda alguna deben ser leídos.
A mi entender, este trabajo de Bauman pone colofón desde la perspectiva de la sociología crítica a toda una corriente de pensamiento que se interroga sobre la nueva sociedad que producía la doble evolución del capitalismo hacia el sector terciario, especialmente hacia lo financiero y también hacia poner el enfasis, dentro del hecho social que es el mercado, del productor al consumidor.
Y todo explicado a través de ese continuo metafórico que es solidez-liquidez.
Porque para Bauman la liquidez es una perfecta manera de expresar el carácter de cambio, de transitoriedad que produce en la sociedad la desregulación y la liberalización de los mercados, liquidez que contrasta con la solidez de una economía basada en la economía real y que mantiene la garantía de unos ciertos niveles de bienestar para los individuos que participan de ella.
Pero Bauman no se detiene ahí. Su obra siempre ha estado centrada en los individuos y como estos viven las estructuras de vida que las sociedades que integran les proporcionan y en este sentido buena parte de la Modernidad Liquida se centra en los efectos que tiene esta liquidez sobre las personas que la habitan, efectos que resultan tremendamente perversos.
La descripción que Bauman hace es la de una sociedad de individuos desconectados los unos de los otros, individuos que se entienden solamente desde su carácter de consumidores, individuos que padecen la dominación y disfuncionalidades de la sociedad sin tener otra respuesta que su propia biografía compuesta de decisiones individuales tomadas siempre desde la falta de visión y la desigualdad de fuerzas.
El carácter colectivo, la interpretación de las situaciones desde la clase, en un mundo de individuos que es la exacerbada realización de la ideología liberal, individuos obligados a ser libres y a realizar su proyecto de vida desde la libertad pero que se ven abocados al mismo tiempo a asumir los miedos e inconvenientes que esa libertad comporta dentro de una sociedad cambiante, que deviene en difícil y arriesgada de vivir por imprevisible. Y deben enfrentarse a esos peligros desde la soledad de su propia biografía, sin poder recurrir a relatos colectivos que les defiendan de los errores y disfuncionalidades o simplemente a los rigores que esa liquidez produce y que afectan a lo que cada individuo tiene de necesidad de lo colectivo y lo social.
En definitiva, una obra esencial no solo para entender lo que sucede sino también lo que nos pasa.
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