viernes, marzo 15, 2013


No es tarea fácil la de contradecir a dios
en este gran teatro del bien y del mal
que con naturalidad perversa
transmuta lo bueno en malo… y viceversa,
Faltaría más.
Con todo lo que hay que hacer,
y todas esas cuentas pendientes,
que si uno se descuida se multiplican
-y que aunque uno se descuide crecen sin cesar-,
pero que siempre justifican y atan
como no podía ser de otra forma
estando por medio una divina voz.
En efecto, no es tarea fácil mantener la calma
cuando, y por dictamen legal,
el debe siempre supera inocentemente al haber,
mientras incesantamente se suceden vanas
y por boca de ese endemoniado dios
todas estas intercambiables esperanzas
que llenan de aire y nada
nuestro cada vez más escaso pan de cada día.

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