No es tarea
fácil la de contradecir a dios
en este
gran teatro del bien y del mal
que con
naturalidad perversa
transmuta
lo bueno en malo… y viceversa,
Faltaría
más.
Con
todo lo que hay que hacer,
y todas
esas cuentas pendientes,
que si
uno se descuida se multiplican
-y que
aunque uno se descuide crecen sin cesar-,
pero
que siempre justifican y atan
como no podía ser de otra forma
estando por medio una divina voz.
como no podía ser de otra forma
estando por medio una divina voz.
En
efecto, no es tarea fácil mantener la calma
cuando,
y por dictamen legal,
el debe
siempre supera inocentemente al haber,
mientras
incesantamente se suceden vanas
y por
boca de ese endemoniado dios
todas estas
intercambiables esperanzas
que
llenan de aire y nada
nuestro
cada vez más escaso pan de cada día.
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