No se si viví esos recuerdos.
Lo cierto es que todo ese mar tranquilo
y toda aquella luz
no me resultan del todo extraños
ahora que lo pienso.
Y quizá este desmemoriado yo
que intenta recordar sin demasiado éxito
estuviera realmente allí,
entre el cielo y la tierra,
mínimo y despreocupado punto feliz
que existía a tientas,
medio ciego,
esperando el regreso feliz de tu mirada
para volver a ser cierto.

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