“En este proceso mecánico no hay ninguna razón intrínseca por la que los pensamientos que surgen deban ser relevantes o sean apropiados para la situación real que los provoca. La percepción de si un determinado pensamiento es relevante o apropiado requiere la intervención de una energía que no es mecánica, una energía que llamaremos inteligencia. Ésta es capaz de percibir un nuevo orden o una nueva estructura, que no es es sólo una modificación de lo que ya se conoce o está presente en la memoria. Por ejemplo, uno puede estar trabajando en un problema desconcertante durante mucho tiempo. De repente, en un instante de comprensión, uno puede ver la irrelevancia de la propia forma de abordar el problema, junto con un enfoque diferente en donde todos los elementos caben en un nuevo orden y una nueva estructura. Claramente, este deslumbramiento es mucho más y esencialmente un acto de percepción que un proceso propio del pensamiento, aunque más tarde tenga que ser expresado como tal. “
Pasión o sumisión: lo que el fútbol argentino enseña al Atleti
Hay una escena en la película argentina El secreto de sus ojos que me fascinó cuando la vi por primera vez. El investigador busca a un asesino desaparecido y su amigo Sandoval le dice una frase que se me quedó grabada: “El tipo puede cambiar de casa, de nombre, de trabajo… pero nunca va a cambiar de pasión” . Entonces lo entendí como algo bello: la pasión como raíz firme de identidad, una fidelidad que sobrevive al miedo y al tiempo. Me conmovió pensar que algo así podía definirnos para siempre. Pero, con los años, empecé a mirar de otro modo esa fidelidad absoluta. Soy simpatizante del Atlético de Madrid y no soy un buen aficionado según los estándares actuales. Hay cosas que veo, no me gustan y lo digo. He visto cómo, a lo largo de la última década, la relación entre la afición y el equipo ha cambiado. Con la llegada de Diego Simeone , el club consolidó un relato que exalta la entrega sin condiciones: luchar, sufrir, creer hasta el final. Ese discurso, que al principio unió a la hi...

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