Definitivamente hay que tomarle la matricula a Jeff Nichols.
Tras la misteriosa y sorprendente "Take Shalter" que aportaba una suerte de visión intimista del cine fantástico, Nichols ha filmado "Mud", una historia que tiene un pie en el thriller y otro en la mirada del adolescente que protagoniza la historia.
Con acierto "Mud" contrapone el mundo de los adultos con el de los adolescentes, la intacta simplicidad idealista del segundo frente a la complejidad desgastada y pragmática del primero.
En su comienzo la película sigue a dos chicos en el descubrimiento de una barca abandonada en una isla en medio del río Mississipi.
El descubrimiento de la barca les llevará a conocer a Mud, un fugitivo que trae consigo una historia de fracaso y desamor que uno de los chicos, Ellis, entenderá desde la perspectiva de la conflictiva relación que viven sus padres.
Guiado por una idea adolescente del amor que quiere para si mismo y, sobre todo, para sus padres, Ellis se convertirá en la principal de ayuda de Mud para contactar con Juniper, la mujer que el fugitivo ama y con quien pretende escapar Mississipi abajo.
La inocencia idealista con que Ellis afronta la situación pronto será puesta a prueba por un complejo mundo de los mayores en el que no sólo sucede que las cosas no sean lo que parecen sino, y lo que es peor, tampoco pueden ser lo que debieran ser.
Pero, y del mismo modo que Ellis se resiste a que sus padres se separen, también se resistirá a que Mud y Juniper no puedan estar juntos arriesgandolo todo por esa idea pura del amor, a cuya altura no solemos estar los adultos.
El esfuerzo de Ellis forzará las cosas al límite y tendrá un efecto poderoso y multiplicador sobre los resignados adultos que le rodean.
Está muy bien "Mud".
Una buena historia, bien contada y bien interpretada que huele a cine clásico, el de toda la vida.
Tras la misteriosa y sorprendente "Take Shalter" que aportaba una suerte de visión intimista del cine fantástico, Nichols ha filmado "Mud", una historia que tiene un pie en el thriller y otro en la mirada del adolescente que protagoniza la historia.
Con acierto "Mud" contrapone el mundo de los adultos con el de los adolescentes, la intacta simplicidad idealista del segundo frente a la complejidad desgastada y pragmática del primero.
En su comienzo la película sigue a dos chicos en el descubrimiento de una barca abandonada en una isla en medio del río Mississipi.
El descubrimiento de la barca les llevará a conocer a Mud, un fugitivo que trae consigo una historia de fracaso y desamor que uno de los chicos, Ellis, entenderá desde la perspectiva de la conflictiva relación que viven sus padres.
Guiado por una idea adolescente del amor que quiere para si mismo y, sobre todo, para sus padres, Ellis se convertirá en la principal de ayuda de Mud para contactar con Juniper, la mujer que el fugitivo ama y con quien pretende escapar Mississipi abajo.
La inocencia idealista con que Ellis afronta la situación pronto será puesta a prueba por un complejo mundo de los mayores en el que no sólo sucede que las cosas no sean lo que parecen sino, y lo que es peor, tampoco pueden ser lo que debieran ser.
Pero, y del mismo modo que Ellis se resiste a que sus padres se separen, también se resistirá a que Mud y Juniper no puedan estar juntos arriesgandolo todo por esa idea pura del amor, a cuya altura no solemos estar los adultos.
El esfuerzo de Ellis forzará las cosas al límite y tendrá un efecto poderoso y multiplicador sobre los resignados adultos que le rodean.
Está muy bien "Mud".
Una buena historia, bien contada y bien interpretada que huele a cine clásico, el de toda la vida.
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