Ser alcanzados por el tiempo,
es estar para siempre mientras dure
encerrados en este aquí y en este ahora
de nuestro callado e inesperado concierto:
un paciente retorno de lo mismo
que desprende con maneras de flor
este extraño aroma a eterno
que, a nosotros, tan sensatos y formales,
tan acostumbrados al roce áspero de la vida,
tan agradecidos incluso a su desagradable
e intempestivo tacto,
todavía nos cuesta creer.

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