domingo, junio 15, 2014

Only God forgives

No entiendo por qué "Only God forgives" está dedicada a Jodorowsky y no a Sergio Leone.

Considerando no tanto lo que su director, Nicholas Winding Refn, nos cuenta sino la manera en que nos cuenta "Only God Forgives" recuerda a uno de esos westerns con los que la genial mirada del director italiano nos obsequió en la década de los sesentas del siglo pasado.

El problema es que la propuesta de Refn acumula todos los defectos de la mirada de Leone y, para mi gusto, una o ninguna de sus virtudes porque "Only God Forgives" a fuerza de persistir en el error termina resultando un estilizado y vacuo espectáculo en el que, y a diferencia de Leone, el director parece más preocupado por hacer un ejercicio de estilo, por subrayar la presencia de su mirada buscando generar una manera propia de narrar, que por contar una historia.

Y el principal riesgo que tienen los ejercicios de estilo es la pretenciosidad.

Y, para mi gusto, "Only God forgives" tiene bastante de pretencioso como si Winding Refn no tuviera bastante con la buena acogida de sus películas y, en un alarde autodestructivo, quisiera ir más allá de su propio éxito en busca de un fracaso seguro basado en la hermética estilización hasta el paroxismo de todas sus imágenes.

En este sentido, "Only God forgives" es demasiado para la mirada del espectador y no en el buen sentido.

Puesto que en el fondo de tanta pretenciosidad funciona la mecánica de una historia bastante previsible incapaz en su nimiedad de sustentar las imágenes que Refn crea, imágenes en las que los personajes deambulan a la espera de una profundidad de sentido que jamás llegará.

Algo así como construir un formula uno con el motor de una Vespino.

El siempre atrevido Refn ha pinchado en hueso esta vez.







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