viernes, enero 02, 2015

Carlito's Way

Hay muchos paralelismos entre el cine del maestro Hitchcock y el cine de Brian de Palma: el thriller como principal medio de expresión, las tramas mórbidas que abundan en relaciones complejas entre los personajes que las protagonizan y especialmente sus sombras en el sentido jungiano del término, el virtuosismo en el manejo de la cámara para expresar situaciones y estados de ánimo de manera estrictamente cinematográfico.

Y aunque relativamente olvidado Brian de Palma sigue siendo un director interesante especializado en mostrar a través del suspense y el thriller la perversidad que anida en lo más inconfesable de las relaciones humanas.

Dirigida en 1993, "Carlito's way" es uno de sus puntos culminantes en su carrera como director.

Basada en un par de novelas escritas por Edwin Torres, un fiscal del distrito y juez del estado de Nueva York metido a novelista, "Carlito's way" nos muestra la refinada perversidad de un hombre, Carlito, el protagonista, que se empeña en seguir con lealtad a sí mismo y a los demás su propio código moral en un mundo depravado y amoral.

He leído las novelas de Torres, que si las encuentras te recomiendo, y en ellas Torres muestra, desde una buena escritura, un afinado sentido antropológico para describir la vida de los gangsteres boricuas en la ciudad de Nueva York.

Brian de Palma está más interesado en mostrar cómo alguien que debería ser un héroe hace una victima de sí mismo al empeñarse en seguir contra viento y marea su propio código moral en un mundo que ha cambiado y en el que la amoralidad y el interés están a la orden del día.

Por eso la película es cíclica, empieza como termina, con la muerte del protagonista.

Lo importante no es el qué sino el cómo.

De Palma nos revela el final porque el objetivo es mostrar la radical indefensión de su protagonista ante un mundo que le rebasa, que ha cambiado sin que él lo haya hecho en la medida precisa para sobrevivir.

En un alarde muy radical del sentido del suspense que tenía Hitchcock, el espectador sabe lo que va a suceder al personaje protagonista mientras éste se esfuerza por escapar

Y también en un alarde de sadismo muy hitchcockiano el espectador va descubriendo los esfuerzos por salir adelante de Carlito, sus planes, deseos, aspiraciones y esperanzas, sabiendo de antemano que están condenados al fracaso.

Bajo un celofán de sensiblera poética del perdedor, De Palma despliega el lento, perverso y masoquista proceso de construcción de una victima desde sí misma, jugando con la fantasía del espectador incapaz de dejar de intuir posibilidades de escape antes de abocar su mirada a la verdadera dimensión del trágico final que sólo ha vislumbrado al inicio de la historia.

La tela de araña se vuelve más y más densa.

El circulo se cierra.

Como gran parte de los delincuentes que inspiran a Edwin Torres sus novelas, Carlito Brigante no puede escapar a un destino que parece estar escrito en alguna parte sobre piedra.

La difícil y dura épica de la jungla de asfalto.

Brillante.




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