“La energía del vacío parece una contradictio in termini. El vacío es espacio vacío. Por definición está vacío, así que ¿cómo puede tener energía alguna? La respuesta está en la extrañeza que trae al mundo la mecánica cuántica, la extraña incertidumbre, la extraña granulación y la extraña agitación incesante. Incluso el espacio vacío tiene sus «agitaciones cuánticas». Los físicos teóricos están acostumbrados a considerar que el vacío está lleno de partículas que aparecen y desaparecen tan rápidamente que no podemos detectarlas en condiciones normales. Estas fluctuaciones del vacío son como un ruido de muy alta frecuencia que está mucho más allá de lo que el oído humano puede detectar. Pero las fluctuaciones del vacío tienen un efecto sobre los átomos que, como los perros, están mucho mejor sintonizados a las altas frecuencias. Los niveles precisos de energía del átomo de hidrógeno pueden medirse con exquisita precisión y los resultados son sensibles a la presencia del mar fluctuante de electrones y positrones en el vacío… Estas partículas cuánticas de corta vida que llenan el vacío se denominan partículas virtuales, pero sus efectos pueden ser muy reales. En concreto, hacen que el vacío tenga energía. El vacío no es el estado de energía cero. Es simplemente un estado de mínima energía”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario