“Por otra parte, el descubrimiento de Tocqueville de que la democracia liberal e igualitaria encerraba también grandes peligros para la libertad no es menor. Tocqueville mostró cómo el hombre originalmente individualista de las nuevas sociedades, especialmente la norteamericana, evolucionaba lentamente hacia un amor excesivo del bienestar, hasta corromper el bienestar mismo. Además, cree Tocqueville que el hombre moderno es víctima, cada vez más de la opinión de los demás y la sigue ciegamente. El ser individualista, ansioso de ser distinto, empeñado en labrarse su propia vida, que forjó la modernidad desde el Renacimiento y cuyo ideal hizo suyo la revolución liberal, corre ahora el riesgo de convertirse en un sensualista sin personalidad, en un ente adocenado, sin anhelo ni necesidad de vivir libremente”.
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